El Deportivo Saprissa no está en una mala racha. En eso debo darle la razón a mi amigo Roy Myers. Pero, en el resto, para nada estamos de acuerdo. Saprissa está pagando su mala, malísima planificación de la temporada.
Una vez que terminó el Clausura 2020, la dirigencia decidió reducir la planilla. Así, salieron, me parece que fueron 13 jugadores previo al Apertura 2020. Y solo llegaron Daniel Colindres y Jimmy Marín. Más adelante se sumó un Esteban Espíndola fuera de forma, por haber estado sin jugar demasiado tiempo.
Por más buenos que sean estos tres jugadores, que, para más, llegaron en muy bajo nivel, no pueden suplir a otros 13. Pura matemática, si quieren verlo de esa manera.
Y, al inicio del Clausura 2021, también sacaron otros jugadores. Y sumaron solamente a Ariel Rodríguez y a Kendall Waston.
A ver: un equipo con las pretensiones de Saprissa necesita tener al menos 18 jugadores de primera línea y en buen nivel. Una vez que el técnico, cualquiera que sea, defina la alineación estelar, deben quedarle, al menos, siete de banca que compitan con aquellos titulares.
Ya luego se le podrá ir dando minutos a los jóvenes, ya sea porque se tiene un colchón de puntos que permite tomar riesgos, o porque hay lesiones, sanciones u otro tipo de situaciones que deriven en ausencias.
Pero, en Saprissa no hicieron eso. Se quedaron con 13 o 14 jugadores con cartel para ser titulares. Y eso no alcanza. En esencia, ese es un problema de planificación.
Unos juveniles que no está listos
Para más, Saprissa no estaba poniendo a tono a sus jóvenes promesas para tenerlos en un punto en que pudieran dar el salto de manera segura al primer equipo. Y como consecuencia, los esta echando a la guerra. Los únicos que han sido constantes en la formación morada son Jordy Evans y Orlando Sinclair, ahora lesionados. Los otros, todos, han aparecido a ráfagas. Eso es prueba de que no están listos, pese a que Roy Myers insista en decir otra cosa. Y a pesar de que la dirigencia guarde silencio al respecto.
Ese es el gran problema de Saprissa. En otras palabras, no tiene plantel para pelear más allá de lo que ha hecho en el torneo.
Entiendo que la pandemia por el COVID-19 forzó a reducir gastos, porque cuando bajan los ingresos, esa es la única opción.
Saprissa debe ser más selectivo
Pero, debieron ser más selectivos en cuanto a quiénes se iban y a quiénes contrataban. Porque el equipo quedó sin forma. Y Saprissa no va a ganar por la camiseta, como parecen creer algunos, ni tampoco por su historia, como suponen otros. Y no va a ganar por el nombre o la trayectoria de unos cuantos jugadores.
Un equipo gana si tiene una alineación estelar sólida, con jugadores en buen nivel, y se apoya en una banca de iguales condiciones. Porque es importante que cuando el partido se complique, el técnico pueda volver al banquillo y hacer los ajustes sobre la marcha para darle un giro positivo a la situación.
Saprissa hoy no puede aspirar a eso. No quiere decir que sea imposible que clasifique. Porque, con lo que están dando la mayoría de sus rivales, las diferencias no son tan grandes. Sí, el equipo de hoy dista mucho de lo que tradicionalmente es Saprissa, pero no está lejos del nivel de sus contendientes.
Eso sí, clasifique o no, Saprissa debe planificar mejor sus temporadas. Ya una vez dejaron a Walter Centeno llevar los jugadores que él quería, aunque no tuvieran el cartel para Saprissa. Y luego, de plano no llevaron jugadores. No pueden seguir así si quieren que sus acciones se correspondan con el historial del equipo.