Dos lanzamientos de penal detenidos por Leonel Moreira fueron la clave para que el Club Sport Herediano pudiera superar al Deportivo Saprissa en las semifinales, y peleará por llegar a la gran final ante Alajuelense.
Emocionante, por lo que se jugaban ambos equipos. Por los errores en las entregas. Por la presión sobre la salida de los defensores por parte de las líneas ofensivas de ambos equipos. Por la velocidad de los jugadores heredianos que iban por fuera. Y, para completar el cuadro, por el tiempo suplementario, y los lanzamientos desde el punto de penal.
Eso sin olvidar las arremetidas del Deportivo Saprissa en los minutos finales del tiempo regular, en alguna de las cuáles pudo haber conseguido algo más en el marcador. Y, por supuesto, la trifulca que se armó a 10 minutos del final, cuando Moreira le lanzó una patada a Jairo, que los árbitros no observaron ni sancionaron, y entró en la escena de los empujones y los reclamos, la mitad de cada uno de los equipos.
El Deportivo Saprissa venció un gol por cero al Club Sport Herediano, al cabo de 90 minutos de acción. Se establecía así el empate en el global, sin que ninguno de los equipos anotara de visita. Había que ir a la extensión.
Los técnicos habían ensayado sus movimientos, con cambios de jugadores y, en paralelo, ajustes en el plano táctico. Por ejemplo, Saprissa sacó a Hernández para ingresar a Jairo, y pasó a Stewart como lateral por izquierda. Herediano sacó, por lesión, a Saravia, e hizo ingresar a Burke, para pasar como lateral por derecha a Arellano.
Todos esos ajustes, más los intercambios de posiciones entre los medios por fuera, en ambos equipos, no generaron cambios en la situación del marcador.
Por tramos, cada equipo tuvo un mejor accionar. Herediano, al inicio del juego y al inicio del segundo tiempo, imponiendo la velocidad de Marín y de Cruz, pero con solo Ortiz en punta. Saprissa, en el resto del juego, apostando a los cambios de ritmo de Bolaños, así como sus corridas hacia el centro, pero con Johan muy aislado al frente.
Saprissa consiguió su gol -la paridad en el global- al 32, cuando Salinas y Bolaños se combinaron por derecha, para que el segundo se quitara la marca de Salazar y centrara, apenas a poca altura sobre el suelo, donde llegó Venegas para acostarse y conectar de cabeza, y colocar el balón pegado al palo de mano izquierda del arquero Moreira. Fue una linda acción.
