La 35 llegó con un sabor muy singular para Saprissa

El Deportivo Saprissa debió esperar dos temporadas para volver a alzar el título del fútbol nacional. Y lo hizo en lunes, bajo un marco muy particular para el cierre del torneo, debido a la emergencia nacional por el COVID-19.

No hubo abrazos, no hubo vuelta olímpica, no se pudo tocar el trofeo, salvo en el caso del capitán morado, Christian Bolaños… En fin: todo fue diferente. Eso sin contar que no hubo público en el estadio, algo a lo que ya el fútbol nacional se ha ido acostumbrando desde el regreso, pero que supuso sensaciones especiales debido a que se trataba de una final.

Prácticamente, las celebraciones fueron una especie de sanción interna para los integrantes del cuadro morado, como ya se había vivido en la Liga de Ascenso, debido a los protocolos sanitarios dispuestos para el cierre de la competencia.

Los jugadores fueron dispuestos en puntos específicos previamente marcados para la celebración, respetando el distanciamiento social. Y luego, cada uno se fue acercando para tomarse alguna fotografía con el trofeo.