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Destacada Tipo A

El mejor partido no sirvió de nada

Fue, sin duda, el mejor partido de Costa Rica en la era del técnico Gustavo Matosas. Salvo los primeros 15 minutos, en que se jugó mal, el partido fue muy bien llevado hasta los 120 minutos.

Pero, ya en ese punto al que se tuvo que ir tras el empate sin goles en los 90 minutos, Leal desperdició la gran atajada de Moreira a Jiménez y, luego, Ochoa le desvió el remate a Fuller.

En síntesis, al final la historia fue la misma de siempre: México avanzó, y Costa Rica se quedó en el camino.

En el arranque, la Selección Nacional se vio dubitativa, con poca seguridad en la salida y en los servicios. Se iba poco adelante, al grado que el arquero mexicano ni siquiera entraba en contacto con el balón. Y así fueron los primeros 15 minutos.

De allí en adelante, la cosa cambió, porque apareció un equipo más parecido al del primer tiempo del juego ante Haití. Allí sí se tocó el balón con sentido, con orden, con seguridad. Las coberturas eran oportunas, y se vino un juego más de acompañamiento en ofensiva. Cruz, Joel, Mayron y Leal aparecían juntos, con el respaldo de los laterales Oviedo y Fuller, que cruzaban la línea central del campo sin problemas.

En ese ejercicio, Costa Rica llegó tres veces al área. En una, Celso cobró libre, y el balón, rozado por Araujo, se fue sobre el marco, aunque el árbitro no señaló nada. En otra, se vino un fuera de juego de George, y en otra, el balón cruzó toda el área sin que llegara un rematador.

Pero, México alcanzó el gol en el cierre del primer tiempo. Fue a un minuto del pitazo. Raúl Jiménez marcó, resolviendo un buen centro de Pizarro, que corrió solo por izquierda. Waston salió a la marca, pero lejana, y no pudo impedir el centro. Y Duarte llegó a la marca sobre Jiménez, pero este lo sacó fácilmente y remató de derecha para vencer a Moreira.

Ya en la segunda parte, la dinámica fue parecida. La Selección se vio con movimientos muy seguros en todas las líneas. Se tocó el balón con sentido y con proyección. Se obligó a Ochoa en una oportunidad, más allá de la jugada del empate.

Este había llegado apenas en cuatro minutos del segundo tiempo, gracias aun penal que señaló el árbitro, pese a que la falta de Araujo sobre Campbell fue fuera del área. Cobró Bryan, con remate de izquierda a la derecha de Ochoa, que fue a ese sector, pero el balón le quedó lejos.

En los últimos minutos México aumentó la presión, y en una estuvo a punto de conseguir la diferencia, pero Moreira rozó la pelota, que rebotó en el palo.

Mención aparte merecen el árbitro Pitti, por malo. Pero, además, porque estuvo muy inclinado a favor de los mexicanos, dejando pasar tres faltas de amonestación en el caso de Araujo, y siempre pitó las divididas a favor de México. Y el técnico mexicano Gerardo Martino, por sus constantes reclamos y esa pretensión de usar su nombre para impresionar a todos para que el juego vaya como él quiere. Y para variar, Pitti fue muy tolerante con él.

Ya sobre el final del primer tiempo extra, Matosas metió a Gamboa y adelantó a Fuller, porque el equipo estaba muy atrás y ya dejaba mucho espacio en algunas zonas.

En el último tramo, Ochoa le quitó el gol a McDonald, tras una gran combinación de los hombres de ofensiva, por el costado izquierdo.

Después de esto, el juego fue de un ir y venir, aunque la Nacional tuvo más llegadas que los mexicanos, y mantuvo el orden defensivo.

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