Pese a que la pandemia por el COVID-19 se encuentra lejos de estar bajo control por parte de las autoridades sanitarias de los países de la región, la CONCACAF decidió poner en marcha la edición de la Liga CONCACAF del presente año.
Sin embargo, a última hora de la tarde de este martes, poco antes de que comenzaran los preparativos para el primer encuentro de la Ronda Preliminar, la organización debió suspender el juego entre el Arcahaie FC, de Haití, y el Verdes FC, de Belice.
El problema: “cuatro jugadores y cuatro miembros del personal de Verdes FC han dado positivo por COVID-19”, según informó la CONCACAF esta misma tarde.
La organización dijo que como parte de los protocolos para l realización de los partidos del torneo, se realizan pruebas extensivas tanto a los jugadores como resto del personal de los clubes, y este fue el resultado en el caso del primer encuentro.
“Debido al alto número de resultados positivos en las pruebas de un club, CONCACAF ha tomado la decisión de posponer este partido. Se proporcionarán más detalles a su debido tiempo”, agregó la entidad en un breve comunicado.
Ahora, la entidad deberá resolver el problema que supone una suspensión de esta naturaleza en medio de un calendario tan apretado como el que rige para el torneo este año, toda vez que la competencia está arrancando tres meses después de lo previsto.
Y eso lo tendrá que hacer velando no solo porque se cumplan las reglas definidas por la propia CONCACAF, sino también las que definan las autoridades sanitaria de cada uno de los países cuyos equipos están involucrados en el torneo.