Es hora de que la UNAFUT como tal y los clubes que la conforman se tomen en serio el tema de las reprogramaciones de partidos y le den formalidad para dejar de jugar con un asunto tan delicado en la competición.
Si se fijaron parámetros sobre los tiempos entre partido y partido, estos se deben respetar, salvo por razones de fuerza mayor que lo imposibiliten. Nunca por intereses específicos de partes.
La jornada 3 del Torneo Apertura 2021 ha sido una muestra de la falta de seriedad con que los dirigentes encaran esta materia.
Primero fue el partido entre Sporting FC y la Asociación Deportiva Santos, que originalmente estaba programado para jugarse hoy lunes por la noche, debido a la participación del equipo guapileño en la Liga CONCACAF el jueves anterior.
Pero, “por acuerdo entre los clubes” el Comité de Competición de UNAFUT accedió a moverlo al domingo a las 3:00 de la tarde. Esa decisión de los equipos se contraponía a la norma que establece que no se pueden programar partidos con menos de 72 horas cuando uno de los clubes haya tenido o vaya a tener participación internacional.
Se les ocurrió decir que la diferencia era solo de una hora, entonces no había problema. Eso sí, ni los mismos dirigentes del Santos sabían que jugaban en Belice a las 6:00 de la tarde y no a las 4:00 como ellos, por alguna razón, pensaron. ¡Vaya planificación!
Después, Competición volvió a mover el partido para lunes, pero a las 2:00 de la tarde, porque Santos se atrasó en su regreso al país, y “actualmente es difícil suspender partidos a Santos por su competencia en Liga CONCACAF y los espacios en calendario”, según comunicó el jefe de Prensa de UNAFUT, José Pablo Molina.
Lo raro es que cuando se definió el formato del campeonato ya se sabía que habría Liga CONCACAF, y que uno de los tres equipos costarricense que entrarían a la competencia debía jugar la Fase Preliminar.
Y, para más, ahora se anuncia que el juego de la jornada 4 entre Jicaral y Sporting se jugará el primero de setiembre, debido a que los dos equipos se pusieron de acuerdo para mover la fecha. La razón, Sporting consideró que había muy poco tiempo entre el partido de este lunes ante Santos y el del miércoles, a las 2:00 de la tarde, en Jicaral.
Interesante. Si no nos gusta el plazo entre partido y partido, lo cambiamos. No hay problema. Y todos de acuerdo.
Este tipo de desajustes, que al mismo tiempo generan inequidades y desigualdades entre los equipos que toman parte en la competencia, no le ayudan al torneo. Saprissa, que jugó el domingo a las 5:00 de la tarde, enfrentará su partido de la jornada 4 el martes a las 9:00 de la noche.
Por cierto, ya fuimos testigos de una Súper Copa que se jugó entre las jornadas 2 y 3 del torneo, cuando en todo el mundo del fútbol la Súper Copa se juega como apertura de la temporada; es decir, antes de la jornada 1 de la Liga.
Todo este tipo de cosas afectan la planificación de los equipos y el trabajo físico, especialmente lo que toca a la recuperación y al descanso de los jugadores. Y después escuchamos quejas por la calidad de los partidos.
Pero es que en esto no hay milagros. Si las cosas no se hacen bien, no habrá buenos resultados.
Yo creo que el primer problema es la extensión del campeonato, porque aquí, en el año los dos torneos abarcan 56 fechas. En Alemania, son 34 fechas, y en España, Inglaterra, Italia y Francia, son 38 fechas. Lo que pasa es que aquí se insiste en que todo se resume en jugar y jugar partidos, aunque no haya ni tiempo para recuperarse y para entrenar.
Y encima, se hacen reglamentos que después no se cumplen, porque al final cada quien hace lo que le da la gana. Es algo así como los chiquillos malcriados que eran los dueños de la bola en las mejengas del barrio, y cuando iban perdiendo o no ganaban, simplemente se la llevaban y dejaban a todos viendo para el ciprés.