Sacrificando personas detrás de la regla Sub20 en el fútbol nacional

Una buena parte de los dirigentes del fútbol nacional resaltan como un gran logro la imposición de la norma Sub20 en el torneo de la primera división. Pero, particularmente, cada vez nos queda más la impresión de que es uno de los tantos malos que suelen disimularse como si fuesen virtudes. Y más aún, que se sacrifica a muchos jóvenes en una forma intolerable.

Abrir espacio a jugadores jóvenes en cualquier torneo profesional es importante. Pero no ayuda en nada a su desarrollo cuando se hace solo porque sí, y no como parte de un proyecto con un objetivo definido.

Y, en nuestro fútbol pasa mucho de eso. En los años iniciales de la iniciativa recordamos como algunos técnicos utilizaban de manera sistemática a los mismos jugadores. De esa manera, varios se consolidaron en la primera división del fútbol nacional, pese a que no eran tantos los que debutaban torneo a torneo.

Pero, ahora la dinámica ha cambiado. En el fútbol costarricense se debutan jugadores para efectos del registro, y luego la mayoría desaparecen, o no llegan a ser constantes en la primera división.

Si revisamos las planillas de los equipos de la Liga de Ascenso, veremos que cada vez son más los jugadores jóvenes con cortísimos pasos por la primera división, los que ocupan espacios allí.

Cualquiera diría que eso es bueno. Pero, más bien es un problema cuando ocurre debido a que esos jugadores no dieron la talla en la división mayor. Y eso es lo que estamos viendo aquí.

Por lo demás, si le echamos un ojo a las planillas de los equipos de la primera división, se hace evidente que no hay un seguimiento a los jugadores debutantes. Incluso queda la sensación de que algunos llegara a aparecer en cancha más por una ocurrencia momentánea que por cualquier cosa que tenga más sentido.

Liga Deportiva Alajuelense acaba de anunciar el préstamo de Brandon Aguilera, quien supuestamente era una de las grandes promesas del club. Y hay que recordar que debutó en la primera división desde hace ya tres temporadas.

Barlon Sequeira pasó hace rato la barrera de los 20 años, y hoy aún no ha dado el salto en la formación estelar de los manudos.

Herediano apostó por los hermanos Reimond y Yostin Salas, y el segundo ni9 siquiera llegó a ponerse la camiseta florense. Pero, también apostó por Suhander Zúñiga, al que acaba de prestar a Guanacasteca, y por Yael López, al que dejó en libertad. Lo mismo pasó con Francisco Rodríguez.

López y Zúñiga pasaron por el Deportivo Saprissa después del descenso de Carmelita, cuadro con el dieron sus primeros pasos en el fútbol de la primera división.

Saprissa se trajo de Limón a Yostin Salinas, que acaba de quedar fuera del club. Y ha debutado una larga lista de jugadores de sus ligas menores en los últimos tres o cuatro años. Pero, hoy, ninguno es titular indiscutible en el equipo y alguno hasta prueban suerte con otras camisetas.

Son todos ejemplos de lo que ocurre en los equipos más importantes del país. Pero, solo hemos citado algunos pocos casos, sin obviar que estas historias se repiten año a año en todos los equipos de la primera división. Y siendo así, los dirigentes deberían iniciar una seria revisión de la situación.

Pero, por lo visto, poco les importa el problema. Lo tienen frente a sus ojos y actúan como si no pasara nada mientras contribuyen con su inacción a generar un grave daño a muchos jóvenes que aspiran a hacer una carrera en el fútbol de la primera división. ¿No debería el fútbol hacer una mejor contribución que esa a la sociedad?