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Controversia

Mas dirigentes de fútbol como Jafet Soto… ¡No se!

La semana pasada mi colega Gerardo Mora Pana nos decía que el fútbol costarricense necesitaba más dirigentes como Jafet Soto. Entiendo las razones que esboza Gerardo, pero yo tengo mis dudas de que sea una buena idea.

Reconozco que Jafet Soto tiene muy buenas ideas, pero creo que también genera una serie de situaciones negativas para el fútbol. Y es curioso, porque, por lo que yo se, es una muy buena persona.

En primer lugar, si bien el Club Sport Herediano ha ganado muchos títulos en los años que lleva bajo la administración de Fuerza Herediana, hay aspectos que a mi no me terminan de convencer del manejo que tiene la dirigencia. Y me refiero al estilo y a los conceptos, para que no haya malas interpretaciones.

A ver: les gusta la confrontación con los otros equipos. Y lo llevan a extremos en los que a veces terminan por fabricar conflictos con tal de figurar. Eso me parece improcedente.

A los rivales se les golpea en la cancha. Lo demás sobra y hasta puede ser peligroso. El fútbol costarricense necesita de todos los equipos, porque en conjunto hacen que la industria sea. Con solo un equipo no puede hacerse un campeonato. Y si solo uno gana siempre, la cosa pierde sentido. Por eso los demás tienen que estar allí y tienen que ser competitivos.

Y no hace falta estar peleando a cada rato porque el fútbol es un deporte. Lo que se da en la cancha es justamente lo que lo hace grande.

Jafet Soto tiene marcada esa tendencia de lanzar dardos a los otros equipos siempre que habla en público. Dardos que van desde indirectas hasta insinuaciones y directas. Eso desluce, pero claramente a él le parece una buena estrategia, y a sus socios también.

Ahora bien, esas salidas ni siquiera son de esa sátira fina que más bien genera risa. Es ya de aquello que se oye feo. Yo no creo que así no se le aporte al fútbol.

Lo segundo es esa dinámica que maneja Jafet Soto, en conjunto con Fuerza Herediana de acaparar jugadores en el medio local para después prestarlos a otros equipos. Creo firmemente que eso es nefasto para el fútbol costarricense.

En mi criterio, un equipo debería estar limitado a poder firmar contratos con un máximo de jugadores previamente determinado por la organización; en este caso, la UNAFUT o la Federación Costarricense de Fútbol (FCRF). Vean que Herediano muchas veces ha contratado jugadores que nunca terminan por vestirse de rojiamarillos. Pareciera que lo hace para debilitar a otros. Y eso es antideportivo.

Jafet Soto también tiene la particularidad de hacer una defensa a ultranza de sus jugadores. No es que esté pidiendo yo aquí que salga a atacarlos todos los días. No. Pero, ellos, alguna responsabilidad han de haber tenido cuando el equipo no camina.

Sin embargo, el dirigente siempre señala en otras direcciones y nunca ha cuestionado al camerino.

Fuerza Herediana ha hecho hasta ahora 19 cambios de entrenadores en ocho años. Eso es señal de que, más allá de los títulos, a nivel organizacional algo no anda bien. Pero, de eso no habla. Y para más, suele encasillar como enemigos del Herediano a quienes hagan cuestionamientos sobre estos temas, o hagan preguntas que no le gusten.

Su nivel de tolerancia es cada vez más escaso con quienes piensan diferente a él, y eso es un síntoma muy peligroso. Porque, si bien sabe mucho, es claro que no es dueño de la verdad.

Y lo otro que no me gusta de la gestión de Jafet Soto y Fuerza Herediana es que no trabajan bien sus ligas menores. Me cuesta recordar dos jugadores surgidos de las ligas menores del Herediano que hoy destaquen ya sea en el equipo o en el fútbol nacional.

Creo que una responsabilidad de quienes están en el fútbol profesional es contribuir a su crecimiento generando nueva oferta de jugadores. Pero eso no parece interesarle a Herediano.

Finalmente, me da la sensación de que Jafet Soto concentra tanto poder en Herediano que termina por desubicarse. Noten ustedes que suele ponerse en el rol de víctima y asume que todos los demás lo persiguen. Y es una lástima, porque tiene un enorme conocimiento y una gran voluntad de trabajo que, bien encausados, serían muy beneficiosos para el fútbol costarricense.

Pero, desgraciadamente, muchas veces termina atacando, atacando y atacando sin que nada de eso sea provechoso.

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