El Deportivo Saprissa y Liga Deportiva Alajuelense son los dos equipos de mayor arrastre en el fútbol de este país. Y son también los dos equipos más ganadores, aunque el Club Sport Herediano está ahí cerquita.
Por eso, tanto Saprissa como Alajuelense siempre parten como favoritos en cada uno de los torneos de nuestro fútbol, independientemente de muchos factores que al final puedan inclinar o no la balanza.
Uno de ellos es la planilla con la que cuente cada uno. Yo particularmente pienso que desde hace algunos años los dos equipos han entrado en una dinámica no propia de un club grande, en el que sus dirigentes asumen que la camiseta es la que juega.
Y digo esto porque contratan jugadores cuya trayectoria no los respalda pese a que repiten a los cuatro vientos que con eso es suficiente para seguir ganando títulos. Pareciera, más bien, que contratan jugadores para ser suplentes, cuando normalmente las incorporaciones que realizan los grandes equipos son para que sean titulares.
Durante la jornada del fin de semana, los colegas que atienden de manera presencial la cobertura de los partidos de la primera división en medio de las regulaciones por la pandemia por el COVID-19 lanzaron las preguntas aprovechando que hasta ese momento se pudo tener contacto directo con los técnicos del Saprissa y de Alajuelense.
Tanto Iñaki Alonso como Albért Rudé dejaron claro que están satisfechos con el plantel que se les entregó para el Clausura 2022. Eso, sin obviar que Alonso dejó evidencia de que los criterios bajo los cuáles se contrató en el Saprissa son exclusivamente los del gerente deportivo, Ángel Catalina.
“Sobre aviso no hay engaño”, dice un refrán que usan mucho los mexicanos, y que es perfectamente aplicable aquí. Más allá de si las planillas de ambos equipos están bien armadas o no, una vez que los técnicos aseguraron estar satisfechos, allí muere el tema.
Cualquiera que no logre el título al final del Clausura 2022 no podrá apuntar nada en torno a la conformación del equipo como argumento a su favor.
Es importante tomar nota de que en algunos momentos del torneo y por diversas razones los banquillos no van a ser profundos. De hecho, ya le pasó al Saprissa en su primer juego, cuando no pudo contar con cinco jugadores, de entre los cuáles solo dos suelen ser titulares.
Tanto Saprissa como Alajuelense van a depender, me parece que, en demasía, de sus jugadores más jóvenes. No estoy en contra de que se les de la oportunidad. Más bien, así debe ser. Pero, hay que tener cuidado de no quemarlos. Es algo de lo que no se han cuidado en época reciente en ambos clubes.
Con ellos hay que ir de a poco, pero de manera constante. No se trata de lanzarlos porque sí. Y vuelvo a apuntar aquí algo que señalé hace un tiempo: si aquí realmente se le estuvieran dando oportunidades a los jugadores jóvenes en Saprissa y en Alajuelense como una política sostenida de ambos clubes, a hoy veríamos a alguno de ellos ya consolidado. Sin embargo, la realidad evidencia que ese no ha sido el caso.
Aquí a los jóvenes los ponen para tapar huecos y para cumplir con la norma que obliga a cumplir minutos con jugadores sub21. Pero no estamos ante un escenario en que se potencie a un jugador joven con todas las implicaciones del caso.
Si no me creen, revisen un instante qué ha sido de los jugadores con los cuáles tanto Saprissa como Alajuelense han completado el requisito de la norma sub21 en los torneos más recientes.