El técnico colombiano Luis Fernando Suárez es el nuevo seleccionador nacional. Ya sabe lo que es dirigir a selecciones nacionales. De hecho, llevó a Ecuador y Honduras a Mundiales.
Pero, en Costa Rica tendrá algunos retos que no enfrentó mientras dirigió a los representativos de esos países.
El primero de ellos es esa tendencia del tico a creer que algo le corresponde per se. Por eso escuchamos a tantos aficionados y tantos colegas de la prensa que repiten sistemáticamente aquella idea de que “la Selección está obligada a clasificar”.
Es como si nos tocara ir al Mundial por ser nosotros, sin entender que en la vida las cosas hay que ganárselas. Y en el fútbol, las cosas hay que ganárselas en la cancha.
Lo segundo es que tenemos un grupo de jugadores integrado por dos frentes: por un lado, los que tienen mucha experiencia e hicieron cosas importantes, pero hoy no están en un buen nivel para la competencia internacional; y por otro lado, los jóvenes que en nuestro torneo se lucen una y mil veces, pero que en definitiva no han mostrado nada con la Selección Nacional.
Sacar algo bueno de eso no será tarea sencilla. Pero si el señor Luis Fernando Suárez tomó la responsabilidad, se le debe exigir que encuentre la fórmula.
Lo tercero es la mediocridad de los dirigentes y de algunos jugadores, que se conforman con lo mínimo. Necesitamos del seleccionador algo distinto. Es imperativo que se plantee ganar cuanto partido juegue la Selección Nacional. Yo estoy cansado desde hace años de los técnicos que le mandan al jugador el mensaje de que no se puede ganar y mejor ni lo intente porque se corre el riesgo de que nos goleen.
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Es imperativo que se plantee ganar cuanto partido juegue la Selección Nacional. Yo estoy cansado desde hace años de los técnicos que le mandan al jugador el mensaje de que no se puede ganar y mejor ni lo intente porque se corre el riesgo de que nos goleen.
A eso se suma la falta de tiempo. Será un problema en el arranque, debido a las circunstancias y al momento en que llega a la Selección Nacional. Pero, Luis Fernando Suárez también tendrá que lidiar con un calendario de primera división hecho bajo la lógica de jugar y jugar partidos como si no hubiese mañana, que no deja espacio para nada.
Ahora, yo no se si el señor Suárez tiene una idea de juego que se pueda adaptar fácilmente al material humano que hay. Porque le recuerdo una idea con Honduras y otra con Ecuador. Tampoco se qué piensa del jugador costarricense. Es importante que crea que puede jugar bien al fútbol, porque de lo contrario no irá a ninguna parte.
Por lo pronto, ya tiene un dilema y del manejo que le de, tendremos una idea de cómo puede seguir la cosa. Deberá ir a la Copa Oro con una Selección Nacional conformada a partir de una lista de 40 jugadores que le hicieron, pues había que presentarla a CONCACAF la semana pasada, justo cuando no teníamos técnico.
Uno pensaría que esa lista la hizo don Carlos Watson, por ser el director de selecciones nacionales. Pero, no lo sabemos. Y, en todo caso, un gran tema aquí es cuánta coincidencia puede haber entre los criterios de ambos.
En los últimos años, esta es una de las mayores improvisaciones a nivel de la Selección Nacional de Fútbol Mayor Masculino. Pero, no queda de otra; hay que lidiar con eso.
Ya en este punto, yo habría preferido a Alexandre Guimaraes. He escuchado a muchos decir que sería seguir con la misma argolla, y que ya está desfasado. Creo que simplemente se repite aquella vieja máxima de desacreditar al que es de aquí. Y si bien Guima no nació en Costa Rica, está claro que a partir del momento en que adoptó este país, entró en esa consideración para muchos.
Más allá de mi gusto personal, si Luis Fernando Suárez nos lleva al Mundial y hace que la Selección Nacional haga un papel decoroso, bienvenido sea.