La Selección Nacional de Fútbol Mayor Masculino no tiene rumbo. Ya citábamos hace algunos días las contradicciones en que comenzaba a caer el técnico Luis Fernando Suárez. Pero, allí no quedó el asunto. Faltaban las peores sorpresas.
Ahora, nos hemos dado por enterados de que la confusión y las dudas se lo comieron mientras todos esperábamos alguna reacción desde el banquillo cuando Jamaica empataba el juego del pasado miércoles.
Suscribo en todo lo que apuntaba en “Mirada Incisiva” mi colega Luis Álvarez. Pero, debo agregar que se quedó corto pues no mencionó lo que para mi fue lo más importante entre todos los sin sentido que dijo Luis Fernando Suárez en la conferencia de prensa posterior al partido.
Cuando escuché al técnico decir que no sabía qué hacer; si pasar a Joel Campbell, de nuevo, a jugar de 10 como lo hizo durante algunos minutos ante México, o fortalecer al equipo por las bandas, casi me caigo de la silla.
No es tan grave como que un piloto aviador no sepa si aterrizar o no el avión a su cargo mientras ve la pista de aterrizaje y el aparato se queda sin combustible. Allí morirían personas. En este caso, solo se pierden puntos y, quizá, la oportunidad de ir a otro Mundial.
• Yo no descalifico a Suárez por su historial, porque este lo respalda. Lo descalifico por su presente. La Selección Nacional no está para estos circos. La situación exige conocimiento, determinación, claridad y toma oportuna de decisiones; todo al mismo tiempo.
Pero, más allá de eso, que un técnico no sepa y dude sobre cómo hacer para tratar de enderezar un resultado negativo, lo descalifica para el cargo. Yo pensé que el jueves por la mañana ya Luis Fernando Suárez no sería más el seleccionador nacional. Porque, mantener el equipo en manos de alguien que no decide porque no sabe qué hacer, no es peligroso. Es lo que le sigue.
Yo no descalifico a Suárez por su historial, porque este lo respalda. Lo descalifico por su presente. La Selección Nacional no está para estos circos. La situación exige conocimiento, determinación, claridad y toma oportuna de decisiones; todo al mismo tiempo.
Por cierto, el técnico ni siquiera conoce los datos estadísticos que saltan de la actuación de sus jugadores. Manfred Ugalde ganó más duelos individuales ante los defensores panameños que Jonathan Moya ante los mexicanos. Pero para Luis Fernando Suárez, la estatura del primero no le permite enfrentar defensores más altos que él.
Increíble argumento, la verdad. En su equipo en Holanda debe haber en el banquillo un tipo que no sabe nada de fútbol. Porque, salvo el fin de semana anterior -algo obvio por el viaje tardío- Ugalde es titular y hasta cobra los tiros libres. ¡Cuánta ignorancia!
En un contexto como este, tampoco desviemos la atención cuestionando a Ronald Gómez y a Carlos Watson. Ninguno de ellos es el técnico y no aplica responsabilizarlos por lo que este no sabe, no puede o no quiere hacer. Puede que sean responsables de otras cosas, sí. Pero no son las niñeras de Suárez.
Si el técnico no sirve para nuestra Selección Nacional -que es justo el caso- él es quien debe irse. En ninguna empresa se contrata a alguien para que haga el trabajo que el jefe no puede, no quiere o no sabe hacer. Hay que terminar con esa fábula de creer que el asistente técnico está para corregir al técnico cuando este no sabe lo que está haciendo.
Si partimos de la idea de que el asistente está para eso, implicaría un reconocimiento tácito de que el asistente es mejor que el técnico. Y en ese caso, habría que dejarlo a cargo y deshacerse del otro.
Yo no creo que en este momento Ronald Gómez esté para dirigir a la Selección, y menos en las circunstancias actuales. Pero, igual estoy seguro de que Luir Fernando Suárez debe irse. Esperar a que pasen los partidos de octubre para tomar la decisión, será demasiado tarde.
