El fútbol costarricense comenzó un nuevo ciclo mundialista con el microciclo de trabajo de la Selección Nacional de esta semana. Y todo coincidió con el anuncio del formato de la próxima eliminatoria por parte de la CONCACAF.
Ese ciclo debería culminar con la presencia de la Selección en el Mundial de Norteamérica, en 2026. La región ya se aseguró la presencia de las selecciones de los tres países organizadores. Pero, quedan en disputa otras tres plazas directas y dos equipos irán a un repechaje.
En teoría, las circunstancias se presentan totalmente favorables para la clasificación al Mundial. Pero, ojo: eso no quiere decir que no haya que trabajar. Tampoco quiere decir que no habrá que ganarse el derecho en la cancha.
Lo dicho es un punto fundamental, especialmente cuando se escuchan tantas voces que dan por sentada la clasificación. Debemos entender, de una vez por todas, que hay que trabajar para lograr objetivos.
Algunos riesgos en el camino
Y en este caso en particular, la eliminatoria puede tener sus trampas. Para mí, la principal está en el hecho de jugar dos partidos en junio de 2024 y entrar a una pausa de un año antes de jugar los dos siguientes partidos.
En un sentido práctico, bien podríamos estar ante dos selecciones distintas enfrentando la eliminatoria. Estoy claro en que la Selección como institución dentro de nuestro fútbol es una, independientemente de quiénes la integren en un momento específico.
Pero, en un año puede cambiar muchas cosas para bien o para mal. Por eso digo que serían dos equipos diferentes los que tendrán que resolver el pase a la ronda final eliminatoria.
Es cierto que en el camino habrá participación de la Selección en tes ediciones de la CONCACAF Liga de Naciones, dos ediciones de la Copa Oro y, ojalá, una edición de la Copa América.
Sin embargo, esas también pueden terminar siendo especies de trampas en el camino.
Particularmente, soy del criterio de que es hora de ir a buscar resultados en los torneos inter-selecciones de nuestra región. Y nunca he entendido por qué no se puede competir allí al tiempo que se busca una clasificación a un Mundial.
Un cambio muy brusco
Lo que pasa es que, ahora, la Selección enfrentará muchos cambios dado que no se atendió a tiempo el recambio generacional. Y visualizo que, como lo apuntaba Jeaustin Campos, hay un riesgo en la forma en que se está haciendo.
La idea del técnico Luis Fernando Suárez de buscar entre los jugadores más jóvenes del medio implica saltarse una o dos generaciones que quedaron en el medio entre los que se están yendo y esos que él está observando.
Me parece que eso es un riesgo innecesario. Lo mejor sería incorporar en el proceso de la Selección a esos jugadores muy jóvenes, pero sin excluir a los de fase intermedia que andan por allí. Campos hablaba de jugadores que hoy tienen entre 24 y 27 años de, por ejemplo.
No creo que estemos como para descartarlos de plano. Pero, de entrada, da la sensación de que el cuerpo técnico de la Selección va en esa dirección. Menos cuando se vienen tantas competencias y casi no habrá espacio para fogueos.