Los dirigentes del fútbol de la primera división de nuestro país no aprenden, no sé si en algunos casos por falta de voluntad o por falta de capacidad. Y ante ello, repiten y repiten los mismos errores como si no pasara nada.
Tampoco sé si será tan difícil armar un campeonato en el que se respeten algunos criterios que, pese a ser científicos, son en realidad muy fáciles de entender. Por ejemplo, la programación apropiada de los partidos.
Volvemos a ver entre las jornadas 8 y 9 del Torneo Clausura 2023 a un equipo que jugó el domingo a las 11:00 de la mañana, con un partido también el martes a las 8:00 de la noche.
El Club Sport Cartaginés enfrentó ayer al Club Sport Herediano y mañana lo hará ante Liga Deportiva Alajuelense, que jugó el pasado viernes su encuentro previo ante el Municipal Grecia.
Ya antes, en este mismo torneo, vimos al Herediano en una situación similar cuando se jugó la última jornada de mitad de semana.
En contra de la ciencia
La ciencia dice que al día siguiente de un partido de fútbol profesional los jugadores deben someterse a un proceso de recuperación que se conoce como regeneración. Sin embargo, cuando se habla de ciencia en nuestro fútbol, pareciera que es como si se hablara de satanismo o algo así por el estilo.
Hay una consecuencia en lo físico para los jugadores porque, más allá de los recursos tecnológicos de que disponen hoy algunos equipos del fútbol costarricense, la realidad es que el desgaste propio de un encuentro no se recupera en un día.
Y tampoco se puede sustituir o eliminar el trabajo de mantenimiento que se debe hacer en esa misma parte física. No basta con la pretemporada para que un equipo pueda enfrentar bien todo un torneo.
Paulo César Wanchope, el técnico del Cartaginés, puso el tema sobre la mesa el domingo. Señaló los riesgos que implica jugar partidos tan seguidos, amén de cómo se corta el trabajo de los entrenadores. Lástima, sí, que lo hace solo ahora que se afecta a su equipo.
Al margen de esa última precisión, no falta quien salga a decir que Wanchope está lanzando excusas. Porque en nuestro país se es especialista en desacreditar a quienes hablan en serio sobre fútbol con argumentos propios de quienes no lo hacen.
Este es un tema al que se le debe entrar. Los dirigentes del fútbol costarricense no han querido hacerlo. Entre más tiempo pase, más hondo será el problema.