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Controversia

El estrepitoso desplome al vacío de Limón FC

Limón FC, antes Asociación Deportiva Limonense, no era realmente un equipo que peleara cosas importantes en su paso por el fútbol de la primera división. Un subcampeonato, y muy pocas clasificaciones a segunda fase, independientemente del formato del torneo, no dejan mucho espacio para especular sobre esa realidad.

Pero, Limón FC siempre aportó una cantidad nada despreciable de jugadores al fútbol nacional. En los últimos años no muchos figuraron a nivel de selecciones nacionales como ocurría antes. Sin embargo, a mayoría son titulares en sus equipos.

Ahora, ese esfuerzo se perderá con la desaparición de Limón FC. Hoy, no es oficial todavía. Pero, lo será en unos días. Para algunos, el 5 del presente mes de febrero y, para otros, al día siguiente, el equipo será descendido al fútbol aficionado debido a que nunca honró sus pendientes con la Caja Costarricense de Seguro Social.

Y, sí: quedará esperar al inicio de la siguiente temporada, en agosto, para entender que Limón FC no se presentará a competir en LINAFA. Y allí ya no habrá vuelta de hoja, ni siquiera en el papel.

Sin embargo, la realidad es que lo de este equipo viene de mucho más atrás. En una sola temporada tener tres administraciones distintas, y en otra dos, aunque ninguno de los cambios se oficializó nunca ante la Federación Costarricense de Fútbol (FCRF), ya evidenciaba la ruta que estaban tomando las cosas.

No había que hacer mucha matemática para entender que todo se iría al barranco. Por ello no entiendo a quienes se lamentan sosteniendo que la Federación pudo o debió hacer algo para rescatar al equipo.

Quienes debieron tomar mejores decisiones son el dueño del equipo, Carlos Pascal, y aquellos a quienes puso al frente: Reynaldo Parks y Kurt Bernard. Sus continuos errores, que se agravaron con la llegada de Celso Gamboa a la presidencia del equipo (lo dijimos aquí desde que se anunció el nombramiento) fueron los que se comieron al equipo.

Los dirigentes del fútbol nacional deben entender, de una vez por todas, que los equipos son empresas y han de manejarse como tales. Si tuvieran esa visión, las cosas serían diferentes.

El problema es que muchos siguen en esa lógica trasnochada pensando que están en el ramo de la beneficencia, y que todos deben aplaudirles el que se metan en esto pese a que no tengan ni a menor idea de lo que están haciendo.

Dicho todo esto, Limón FC todavía puede darle un gran aporte a fútbol costarricense, en tanto sirva de espejo, de referencia para los otros equipos, para los dirigentes, de manera que no cometan los mismos errores.

Y, por cierto, tampoco es saludable para el fútbol nacional que se repitan historias como la de Barrio México, que simplemente cambió su razón social para evadir las responsabilidades no atendidas. Esa no es la ruta.

Son de las cosas que deben cambiar en el fútbol costarricense. Pero, no hay mucha esperanza de que eso ocurra mientras los dirigentes sigan pensando en términos de permitir todo aquello de lo que se podrían aprovechar esos mismos en el futuro.

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