El viernes 27 de enero la Federación Costarricense de Fútbol (FCRF) celebró una asamblea general extraordinaria para discutir lo sucedido con el fallido amistoso ante Irak, la relación con la empresa Eurodata y la estafa que sufrió el ente federativo en octubre del año pasado.
Después de una reunión que se prolongó por más de 8 horas, el presidente de la FCRF, Rodolfo Villalobos, dio declaraciones en conferencia de prensa.
Entre otras cosas, el jerarca insistió que lo ocurrido con la federación de Irak fue un “error”. Claro, un error que le costó al fútbol de Costa Rica nada menos que $350 mil (unos ¢200 millones).
Aquí lo lamentable, es escuchar las explicaciones de Villalobos acerca del porqué decidieron no presentarse a jugar en Irak.
“En correos y conversaciones verbales se ratificaron que no habría sellos en los pasaportes… No se pensó en un documento más formal, que no fuera el contrato, porque se conversó con una autoridad de gobierno… No se pensó que se estaba pasando por encima de las leyes de un país…”
De esto se desprende que todo el asunto de los sellos se quedó en una conversación verbal y no se plasmó en el contrato. En síntesis, no existía un documento oficial que respaldara a la Fedefútbol por lo tanto todo carecía de validez.
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Más triste resulta el hecho de que una federación nacional intentara adrede pasar por encima de las leyes de un país. Ya ese solo hecho nos deja muy mal parados.
¿Cómo es posible que dirigentes con tanto recorrido en el mundo del fútbol no supieran que lo que no aparece en un contrato no existe? Esto es imperdonable.
El otro tema candente de la Asamblea fue la estafa contra la FCRF por la venta de entradas para el Mundial de Catar 2022, por la suma de $136.000 (unos ¢80 millones).
Villalobos dijo: “es vergonzoso que, a la administración de la Federación, luego de tener una certificación ISO 9001, nos haya ocurrido eso. El visto bueno viene de la parte administrativa, que no tuvieron el cuidado y al final no activaron las alertas”.
Aunque el jerarca declaró que se impusieron sanciones al respecto, no especificó a quiénes ni qué tipo de castigo. Pero lo que llama la atención es que los ¢80 millones irán al renglón de pérdidas de la Federación. Así, sin más ni más.
El presidente del Cartaginés, Leonardo Vargas, se mostró molesto. “El error de la estafa es muy grosero, con una factura que no debía de pagarse, ni siquiera venía a nombre de la Federación de Costa Rica, venía a nombre de la Federación de Serbia”, explicó.
Pero lo que más me llamó la atención fue una frase que encierra lo que la mayoría pensamos: “Hubo cinco personas que vieron la factura y no fueron fuertes en tomar la decisión de decir que, simplemente, no debía pagarse. Uno queda con dudas porque no se sanciona a nadie y ahí va a quedar en el aire”.
Esa última parte de lo dicho por Vargas encierra la gestión de la Fedefútbol de los últimos años. Error tras error y al final no hay responsables, ni sanciones y todo queda en el aire. Y que la pelota siga rodando como si nada hubiese ocurrido.