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Victoria de Saprissa tiene su mérito

No estoy de acuerdo con el enfoque de que el Deportivo Saprissa se vio favorecido por los errores del Tigres de México. No creo que Saprissa ganó porque Tigres desperdició muchas oportunidades de gol.

Y que conste que incluso nuestro compañero Gerardo Zeledón -a cargo de la crónica del juego aquí en Deportescr-, como varios otros colegas, se inclinaron por esas tesis en sus análisis.

Un primer argumento para sustentar lo que digo es que las dos oportunidades más claras de gol en el partido las generó Saprissa. La primera, la desperdició inexplicablemente el hondureño Rubilio Castillo, a dos metros del marco y con el portero Nahuel Guzmán caminando.

La segunda oportunidad, la cuajó Venegas. Y ese gol terminó siendo la diferencia en el marcador.

Es cierto que Tigres llegó más que Saprissa. Pero, no tuvo opciones tan claras como las dos del equipo morado. Es cierto que Aaron Cruz tuvo dos grandes achiques, pero de eso se trata. Nahuel no achicó en la de Rubilio. Y es portero de Selección en Argentina.

Además, hay que destacar una cosa que planteaba el técnico Walter Centeno -por cierto, a pregunta nuestra- desde la conferencia previa, el lunes por la noche, y lo reafirmaba después del juego, también en conferencia de prensa. Él como responsable del equipo, tiene la tarea de convencer a sus jugadores. Y eso no solo pasa por el planteamiento del juego, sino por la parte anímica y la confianza o la credibilidad que pueda generar en sus jugadores. Cuando Rubilio Castillo -que no es costarricense, y por ende eso le da más valor a su señalamiento- dice: “Yo lo vi jugar, y ahora lo tengo de técnico…” es reflejo de la respuesta que puede obtener un técnico de sus jugadores cuando estos saben lo que fue como jugador.

Lo otro que decía Walter tiene que ver con el creérsela. Es algo que de repente le cuesta mucho al tico. Y por eso, le preguntábamos cómo hacer para que no pasara lo de otras veces cuando los equipos costarricenses salían al campo y jugaban muy bien 15, o 20 minutos, o todo el primer tiempo, pero al final incluso salían goleados. Y Walter insistía: es creérsela, es mantener la concentración, es no bajar la guardia, es leer los tiempos del partido, es saber que falta partido, ya sea que se vaya ganando o se vaya perdiendo.

Eso fue lo que reflejó Saprissa en el partido. Y la victoria que logra -más allá de que saque o no la serie la próxima semana- tiene un doble mérito: se da justo cuando los dirigentes de la Concacaf han sacrificado a los equipos costarricenses en su pretensión de creerse un organismo para el fútbol de México y Estados Unidos. Y cuando mienten diciendo que con eso nuestros equipos van a crecer. Les queda claro ahora, que en Costa Rica hay equipos que pueden competirle a los cuadros mexicanos, aunque esos tengan más plata, más infraestructura y hasta más apoyo de los dirigentes del fútbol internacional.

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