Un pésimo mensaje del fútbol de primera división

Los dirigentes del fútbol nacional de primera división nos dieron en pocos días un sinnúmero de ejemplos de la forma irracional en que toman decisiones.

No es algo nuevo. Ya el solo hecho de realizar una competición de hasta 56 fechas en un período en que el calendario permite hasta 40 fechas, es expresión suficiente de esa falta de sentido con que actúan.

Y el justificar ese tipo de decisiones en la parte económica, cuando cada vez se ven más partidos en estadios vacíos, solo reafirma que ven la realidad desde una perspectiva ilusa.

Pero, lo que ocurrió a propósito del Covid-19 es grosero. Optar por apresurar el torneo, como si el fútbol fuese lo más importante en la vida, es evidencia de la falta de respeto por la vida humana, precisamente.

Luego, la persistencia de querer jugar sin público, como si el fútbol no fuera para los aficionados deja ver como caminan cometiendo un error tras otro, sin la más mínima intención de corregir.

Y, cuando se agarraron de una ausencia de prohibición para seguir adelante, ya eso ya fue el colmo de los colmos. Porque, que yo sepa, el ministro de Salud, Daniel Salas, nunca les dio una orden de continuar. Solo se limitó decir que no les impediría mantener su actividad.