El partido de este pasado martes entre el Deportivo Saprissa y Tigres ha dado mucho de qué hablar. Algunos periodistas le dan todo el mérito al Saprissa. Y si, ganaron, se impusieron en el marcador por un tanto. Ojo que digo en el marcador. Nada más en eso.
Tigres fue más que Saprissa en el terreno de juego. Por algo su planilla vale 12 veces más que la del monstruo. Por algo tienen a un técnico sentado en su banquillo, donde su cheque mensual es de nada más y nada menos de $300 mil dólares.
Los dirigidos por el “Tuca” no creen en cuestiones de descanso cómo lo hacen varios equipos de acá. Los de Monterrey jugaron el sábado por la noche ante los rayos del Necaxa. De los que repitieron contra Saprissa fueron: Guzmán, Ayala, Meza, Quiñones, Carioca, Dueñas y Valencia.
Ante los morados, los Tigres hicieron más tiros. Tuvieron más opciones en la meta muy bien resguardada por Aarón Cruz. Además, la posesión de balón fue apabullante. Acá los números para argumentar lo que escribí líneas arriba.
Tigres: 33 tiros en total / 9 remates directos / 63% de posesión de balón.
Las oportunidades malogradas de Tigres fueron excesivas. Con solo haber anotado el 50% de sus opciones, se podían dar el lujo de alinear el martes próximo a su tercer equipo. Eduardo Vargas tuvo 2 opciones. Julián Quiñones no supo cabecear al arco. Enner Valencia se comió 2 clarísimas y Aquino no supo definir.
Y eso que tampoco hemos comentado las dos manos dentro del área que no pitó Jair Marrufo. La primera de Aubrey David y la siguiente y más clara, de Luis José Hernández. Si hubiera sido al contrario se lo hubieran comido vivo al colegiado.
Yo no creo que con chineos, ni con darles amor a los jugadores y mucho menos con popis, el 34 veces campeón de Costa Rica salga vivo del Volcán.
Y no es porque no quiera, es simplemente mi opinión de la realidad futbolística que existe.
