The Best no quedó a la altura de su nombre

Las premiaciones suelen llamar la atención en mucho por la forma en que se denominan los reconocimientos. Normalmente, tienen nombres rimbombantes para darle su grado de espectacularidad al asunto.

Eso ya de por sí, les da unas características singulares a las premiaciones, y obliga a entenderlas dentro de un determinado contexto.

Pero, si a esas premiaciones se les trata de introducir esquemas democráticos para la asignación de los reconocimientos, simplemente se termina por abrir portillos para que pase cualquier cosa.

Lo acabamos de ver con los premios The Best, de la FIFA, en donde se abrió la participación a diversos sectores, sin parámetros objetivos para seleccionar a los ganadores. Así, cada quién pudo votar desde su propia perspectiva y según sus propios intereses. Incluso, muchas veces sin haber dado un seguimiento continuo a algunos de los candidatos.

Yo no dudo que Lionel Messi y Cristiano Ronaldo son los mejores jugadores de los últimos tiempos. Pero una cosa es ser los mejores de una época, y otra es ser los mejores en un momento específico. Por eso no estoy de acuerdo en que se haya otorgado a Messi el premio The Best al mejor jugador de la temporada anterior.