El 14 de junio podría ser marcado como un día de resurrección para el fútbol nacional. A pesar de los errores cometidos en el proceso hacia el Mundial 2022, el fútbol premió el esfuerzo puesto en la cancha por la Selección de Costa Rica y, gracias a las posibilidades matemáticas y de clasificación, obtuvo en el repechaje un ansiado boleto.
Ahora, se sueña con un Mundial ante rivales potentes y campeones del mundo como España y Alemania. Además, está Japón, y se sueña también con un triunfo ante un rival menos tradicional.
Sin embargo, como lo hemos comentado en varias oportunidades, quisiera soñar con que ya se esté planificando el futuro (a mediano y largo plazo) del fútbol costarricense.
Quisiera un diálogo serio entre todos los componentes del fútbol (dirigentes, dueños de clubes, empresarios, futbolistas) para valorar una fórmula de campeonatos (en Primera, Segunda, fútbol aficionado, etc) que no se esté cambiando cada cuatro meses o cada vez que algún dirigente proponga una moción para ello.
Quisiera una estructura deportiva en la Federación que no dependa del resultado de turno, que tenga a los mejores profesionales en todos los campos… que pensemos seriamente en clasificar a unos Juegos Olímpicos… a mundiales menores, etc.
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Tenemos rato de que no damos pie en bola con las justas menores. No tenemos realmente competitividad. Y, aunque Vladimir Quesada, técnico Sub 20 del último fracaso rumbo a Indonesia y Olimpiadas, diga que los premundiales se organizan mal, y que los rivales son muy fuertes, una Selección como Guatemala logró lo impensable ante rivales sumamente fuertes… y sí irá al Mundial Juvenil.
Más aún, República Dominicana además del Mundial Sub 20 estará en las Olimpiadas. Entonces, quisiera soñar con más seriedad a la hora de que nuestros técnicos brinden una declaración y como mínimo reconozcan el fracaso deportivo.
Por otro lado, se habla en los últimos días de una posibilidad de que Luis Fernando Suárez pueda continuar al mando de la Tricolor Mayor. Sería un gran aporte si esto se pudiera dar, con un proceso planificado hacia 2026 y, repito, hacia 2030. ¿Se hubiera pensado en él si perdemos el repechaje? Solo dejo la pregunta.
Además, luego del próximo Mundial, que será el sexto para Costa Rica, es hora de que se pongan sobre la mesa objetivos más allá de solo ir a un Mundial, y ver si podemos hacer algo más, ver si la clasificación a segunda ronda se convierte en una obligación.
En fin… se vale soñar en medio de un entorno acostumbrado al corto plazo, de torneos internacionales a nivel de clubes en que somos algo poco menos que el hazmerreír, de torneos de selecciones en que estamos apegados a la oración y al milagro.
Ojo, reitero lo que hace unos meses dije: hay que hacerle una escultura a Keylor Navas, Celso Borges, Bryan Ruiz, Joe Campbell… sigo sosteniendo que es gracias al gran aporte de ellos, que estaremos en Qatar. Jugadores clase A, que pudieron al cabo de 8 años posicionar a Costa Rica por primera vez en tres mundiales consecutivos.
El asunto es, que ahora toca soñar para ver de dónde sacamos otros líderes iguales a ellos… Ya Ruiz anunció retiro en Qatar… no queda más que darle las gracias.
Mientras tanto… nosotros seguiremos soñando porque lamentablemente para la dirigencia la clasificación al Mundial justifica todo y tapa incluso el fracaso en Sub 20. ¡Luego seguimos!