Aunque a muchísimos dirigentes no les gusta la palabra fracaso, al papel efectuado por la Selección Sub 17 en el premundial, que se realiza en Guatemala, no le cabe otro término.
Sembrada en un grupo con tres rivales del Caribe, Guadalupe, Cuba y Jamaica, el equipo pasó en el primer lugar luego de vencer a los dos primeros y empatar agónicamente con los “reggae boys”.
Hasta aquí todo parecía acomodarse para que el fútbol costarricense volviera a una justa mundialista de la categoría. Luego de su última participación en 2017 en India, donde caímos ante Alemania e Irán y empatamos con Guinea.
Este equipo, dirigido por Erick Rodríguez, estaba a dos triunfos de asistir a la Copa del Mundo que se efectuará en Perú. Sin embargo, contra todos los pronósticos cayó en penales ante Puerto Rico, un combinado que hasta el minuto 68 cuando consiguió el gol, no había inquietado en lo más mínimo el arco tico.
La Tricolor empató con un gol de “chiripa” al minuto 90. Y en el segundo tiempo extra, cuando tuvo todo para liquidar el partido desperdició un penal que condenó a la Sele a una tanda desde el manchón blanco, en la que sellamos nuestra eliminación.
Aquí hay varias cosas que señalar. Primero la inoperancia de un equipo que mantuvo el control del balón, prácticamente, los 120 minutos del juego sin la capacidad de embocar la pelota en el arco rival.
Palos de ciego de la dirigencia
Pero la raíz del fracaso va más allá del rectángulo de juego; esto se originó en el Proyecto Gol, con una dirigencia que sigue dando palos de ciego y coleccionando ridículos tanto a nivel mayor como menor.
Llevamos años sin asistir a mundiales menores. El presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Rodolfo Villalobos, ha pretendido solapar este desastre argumentando que con él hemos ido a las Copas del Mundo mayores.
Efectivamente, fuimos a Rusia 2018 y a Catar 2022, a firmar sendos ridículos, en esta última, con un lapidario 7-0 ante España que nos convirtió en el hazmerreír del orbe futbolístico. Eso, a don Rodolfo, puede habérsele olvidado. Incluso, porque lo escuché hacerlo, puede justificarlo -conste no tiene justificación-, pero a los aficionados no se nos olvida, ni lo haremos nunca.
No se da cuenta Villalobos que cada revés que colecciona una selección menor repercute directamente en la mayor.
Siempre recuerdo a Gerardo “Puro” Ureña cómo nos explicaba la importancia de asistir a mundiales menores. Cuando un futbolista llega al máximo evento, en este caso sub 17, ya acumula una cantidad importante de partidos internacionales, tanto eliminatorios como de fogueo.
Ese roce futbolístico y cultural que empieza a sumar sobre sus espaldas le permite a ese joven llegar a la sub 20 con un bagaje diferente, con más confianza, con mayor recorrido y experiencia para enfrentar un nuevo proceso.
Y así culmina con su ascenso a la selección mayor. Cuando ese joven se pone la camiseta roja del combinado patrio el paso no es tan abrupto. Ya ha cumplido un ciclo que le permite amoldarse sin problema al grupo.
Una gran pérdida
Bien lo dijo el técnico uruguayo, César Eduardo Méndez a Teletica: “Los futbolistas menores adquieren mucha experiencia en el máximo torneo internacional de su categoría y enfrentan a posibles rivales de los mundiales mayores. Es una gran pérdida no acceder a esas competencias mundiales y esta generación estará perdida en ese aspecto”.
Y lo más triste y grave de esto es que, una vez más, tal como ocurrió con el fallido fogueo en Irak, la relación con Eurodata, el presunto acoso laboral de Rodolfo Villalobos sobre la jefa de Recursos Humanos de la Federación, y el fracaso de la sub 17, todo quedará en nada. Se hará el tradicional escándalo de tres días y después todo se enterrará en el olvido.
Qué interesante sería saber qué piensa el nuevo director deportivo de la Fedefútbol, Claudio Vivas sobre esta eliminación y, especialmente, qué hará al respecto para remediar este mal endémico de nuestro fútbol.
Luis Álvarez Chavarría es un periodista deportivo con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación como el diario La República y Radio América. También ha laborado en la cobertura de otras temáticas para el diario La Nación, además de prestar servicios en oficinas de prensa de instituciones y empresas estatales.