A 79 días de que arranque la eliminatoria mundialista, la era del técnico Ronald González al frente de la Selección Nacional de Fútbol Mayor Masculino llegó a su fin.
El 4-0 que le propinó este miércoles Estados Unidos, en Salt Lake, Utah, fue la palada final sobre la tumba que Ronald González venía cavando desde hace 10 partidos al frente del combinado patrio.
Sus pecados fueron muchos y muy evidentes como para darle más cuerda a un líder que se notaba desgastado, sin ideas, sin rumbo. Aunado a ello, y esta es una opinión muy personal, me parece que los jugadores ya no creían en él ni en su propuesta futbolística.
El rendimiento de la Mayor es más que pobre: de 14 partidos dirigidos por el exmundialista de Italia 90, solo triunfó en uno, perdió seis y empató siete, para un raquítico 23,8%, el más pobre de todos los técnicos que han pasado por la Tricolor en la última década.
Su caída estaba anunciada. No había que ser mago ni adivino. Simplemente, la goleada en el Rio Tinto Stadium de Salt Lake, fue una lápida demasiado pesada para sostener al entrenador.
Ahora, la salida de Ronald González solo es un paso en el camino de la reestructuración que debería llevarse a cabo en el seno de la Federación Costarricense de Fútbol.
Si Ronald es culpable del rendimiento de la “Sele”, también tiene su cuota el director de Selecciones Nacionales, Carlos Watson, quien ha venido posponiendo una decisión que debió tomarse hace rato. Incluso, trató de defender hasta lo imposible diciendo que la Selección iba por buen camino y que tenía un futuro prometedor.
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El trabajo de Watson debe ser cuestionado; primero, por el ridículo de la Mayor; segundo, porque el desastre en las selecciones menores es evidente. Basta con preguntarse hace cuánto no clasificamos a un mundial menor; tercero, la selección femenina sigue dando tumbos sin visos de mejoría. Entonces, si los productos que tiene bajo su cargo no funcionan, su trabajo no está bien hecho. Debe irse.
De igual forma, quién supervisa el trabajo de Rodolfo Villalobos, cuya gestión al frente de la Fedefútbol ha sido un completo fiasco, resumido en el hecho de que bajo su mandato la mejor Selección Nacional de la historia (2014) se ha transformado en un hazmerreir internacional.
Ni se diga de la vergonzosa actuación en el caso de Jorge Luis Pinto, su turbia reelección, la escogencia de Orlando Moreira en lugar de Marjorie Sibaja, pese a los cuestionamientos que pesan sobre el dirigente rojiamarillo.
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Lo de Villalobos, sin meternos en el plano de la ética y la transparencia que debe existir en toda gestión, y nos concentramos en el aspecto deportivo, podría resumirse así: ha clasificado solo cuatro veces a campeonatos mundiales y ha sido eliminado en 13 ocasiones. Más claro no canta un gallo.
Nada ganamos los costarricenses con que Carlos Watson, Ronald González, Rodolfo Villalobos y hasta los mismos futbolistas salgan a la luz pública pidiendo perdón y achacándose la responsabilidad del fracaso mayúsculo de la Sele si al final no pasa nada.
No; es tiempo de que actúen y se vayan para su casa. Ronald es solo la cabeza de turco, pero la cirugía que debe hacerse en el fútbol nacional requiere, entre otras cosas, que Rodolfo Villalobos y Carlos Watson, tengan dignidad, renuncien a la Federación y no sigan haciendo más daño al balompié costarricense.