El domingo pasado, todos los que no creemos que el fútbol es el único deporte, nos sentimos muy emocionados al saber que una atleta nacional sumaba su primera medalla en los Juegos Panamericanos Lima 2019.
Nos sentimos orgullosos de una jovencita: Neshi Lee Lindo Álvarez. La primera mujer costarricense que gana una medalla en Panamericanos en la disciplina del taekwondo.
Pero, cuando el lunes, gracias a un excelente aporte del colega Olman Mora, periodista del Comité Olímpico Nacional, quien entrevistó a la joven para conocer su historia, en mi caso particular, toda esa alegría se transformó en rabia.
Saber que esta jovencita debió abandonar el colegio y acudir a un instituto particular para poder continuar con sus entrenamientos, nos lleva a preguntarnos qué pasa con nuestro sistema educativo.
Es censurable, desde cualquier punto de vista, que el sistema expulse a una atleta que solo aspira a ser mejor. Es censurable que nuestro sistema educativo no tenga la flexibilidad necesaria para adecuar esquemas a las necesidades de nuestros jóvenes atletas.
Es inconcebible que el Ministerio del Deporte, el Consejo Nacional de Deportes, el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación y el Ministerio de Educación Pública no sean capaces de coordinarse entre sí y encontrar alternativas apropiadas para estos jóvenes.
Apenas hace unas semanas, en los Juegos Nacionales, conocíamos el caso de una atleta del cantón de Belén cuyos maestros la apoyan por cuenta propia, generando ciertos espacios para que pueda entrenar sin quedarse rezagada en sus estudios. Se agradece infinitamente el gesto. Pero, más allá de esas iniciativas individuales, el sistema como tal debe acuerpar a nuestros atletas.
Yo me siento tan avergonzado de lo que pasa con Neshi que considero un insulto para ella hablar de una medalla para Costa Rica. Un país que trate así a sus atletas no tiene los arrestos éticos para sentir suyo el triunfo de esta jovencita.
Les juro que al escribir estas líneas, me estoy conteniendo para no usar algunas expresiones inapropiadas para un medio de comunicación.. Más cuando pienso que es una historia que se repite una y otra vez sin que las autoridades le entren al tema.
Recordemos cuando el atleta Ronald Lanzoni debió pedir un permiso sin goce de salario para preparar su participación en los Juegos Panamericanos de Indianápolis, siendo para entonces, miembro de la Fuerza Pública de este país. Desgraciadamente, no son los únicos ejemplos tan vergonzosos.
Autoridades: hagan algo ya, para corregir. Es urgente.