Antes de la última fecha FIFA, la mayoría opinábamos que el técnico colombiano Luis Fernando Suárez tenía una deuda enorme con el fútbol costarricense al mando de la Selección Nacional.
La jornada mundialista de febrero se presagiaba muy complicada, con rivales directos en la lucha por meterse entre los cuatro primeros de la clasificación, y dos visitas a plazas en las que, normalmente, no se han obtenido triunfos.
Sin embargo, contra todos los pronósticos, Suárez halló una fórmula que le ha dado resultados y hoy tiene a la Tricolor con vida, resistiéndose a morir y con la ilusión intacta de acudir a la Copa del Mundo Catar 2022.
El primer escollo en ese camino era Panamá, un combinado que ha hecho, hasta el momento, una gran eliminatoria y que, si puntuaba en Costa Rica, prácticamente, enterraba las ilusiones ticas. Con grandes dificultades, pero con una extraordinaria dosis de coraje, pundonor y sacrificio, la Nacional tapó las falencias futbolísticas que le aquejan y de la mano de Joel Campbell y Keylor Navas sacó un triunfo de oro ante los canaleros.
Punto valioso
Tres días después la cita era en el inexpugnable Estadio Azteca, de México. Cuando vimos la alineación que presentó Suárez nos quedamos con la boca abierta por la sorpresa de ver en la titular nombres como Youstin Salas, volante de Grecia, y Gerson Torres, atacante del Herediano.
Entre el desgaste que supuso el choque ante los panameños y sin una sola práctica previa al juego frente a los aztecas, Suárez supo encontrar el equilibrio perfecto en el bloque defensivo. Yeltsin Tejeda, Celso Borges y Salas conformaron un triángulo que le dio corte, recuperación y salida limpia a la escuadra patria.
Adelante, Joel, disminuido físicamente producto del esfuerzo en el partido anterior, se dio abasto en solitario para volver loca a la defensa mexicana.
Pero no solo Salas y Gerson fueron sorpresa. También ingresaron jugadores como Jeffry Valverde, Juan Pablo Vargas y el brumoso Daniel Chacón. Ninguno desentonó; el volante griego fue un sólido gendarme en los últimos 25 metros, y cuando tuvo el balón lo manejó con enorme propiedad, mostrando una categoría, sobriedad y aplomo inusuales en un joven que hacía su debut con la Mayor.
Lea también: ¿Los fichajes de Saprissa son queridos o necesarios?
Torres aportó por la banda, rompiendo con diagonales y asociado con Campbell. Valverde, Chacón y Vargas, jugaron algunos minutos y contribuyeron a la causa sin desentonar en lo más mínimo. Pero lo más importante es que dieron muestras de que sí hay material humano para el futuro.
Si a esto le agregamos que Bryan Ruiz volvió a mostrar un nivel muy correcto y aceptable, manejando tiempos y ritmo durante los 15 minutos que actuó, hay que admitir que su experiencia y talento aún sirven al combinado.
El 0-0 conseguido en suelo azteca significó un punto de oro, pero debía ser ratificado con una victoria en otra plaza donde, tradicionalmente, a la Sele se le dificulta horrores ganar: Kingston, Jamaica.
Todos juntos
El pasado miércoles 2 de febrero, al revisar la formación titular de Suárez, nos encontramos, de primera entrada que jugaríamos sin lateral derecho nato, pues Keysher Fuller, quien sería el estelar esa noche, dio positivo por Covid-19.
Ricardo Blanco ya había sido descartado por lesión, por lo que el técnico colombiano debió improvisar. La misión le tocó a Jeffry Valverde. Para ello hubo que variar la línea de cuatro e incluir a Juan Pablo Vargas entre Kendall Waston y Francisco Calvo, que conformaron una muralla impenetrable, tanto en las alturas como a ras de zacate.
Pronto en el partido Valverde se lesionó, por lo que de nuevo a correr. Matarrita ingresó por el sancarleño, Bryan Oviedo se pasó de la izquierda a la derecha y el sistema no lo resintió.
Aunque era claro que la Sele no jugaba bien, la lectura que hizo Luis Fernando Suárez en el medio tiempo cambió todo el panorama. El ingreso del capitán Bryan Ruiz fue providencial. Con él, el equipo tuvo más posesión de pelota, mayor control del juego y así la defensa tricolor comenzó a descansar del asedio al que lo sometió Jamaica en la inicial.
Con una mejor disposición ofensiva, Costa Rica halló la vía para hacer daño y Campbell provocó una falta dentro del área. Celso Borges, usualmente muy seguro en estos cobros, erró el remate.
Solo un minuto después, la actitud a prueba de todo permitió que Joel se fabricara una jugada y depositara el balón en el fondo de los cordeles del guardameta jamaiquino. El grupo lo festejó como un bloque monolítico.
Esta nueva versión de la Selección podrá no ser perfecta futbolísticamente, le falta trabajo, tiene carencias del medio hacia adelante, pero nadie, absolutamente nadie, puede juzgarla por falta de entrega, sacrificio y deseos de sacar los resultados.
Es claro también que Suárez ha encontrado un nuevo aire, destila mayor motivación que semanas atrás y ha comenzado a tomarle el pulso al grupo de jugadores. Eso se refleja en los últimos tres compromisos de la eliminatoria.
Claro, resta lo más complicado. El cierre se presagia de infarto. Recibimos a los dos líderes de la octogonal en San José. Aún está la discusión si llevarlos al Ricardo Saprissa o jugar en el Nacional. Aquí lo importante es sacar esas dos victorias en casa y ojalá una tercera en El Salvador.
El destino a Catar, o por lo menos al repechaje, está más cerca que nunca. Parece que Suárez halló la fórmula con protagonistas inesperados.
Luis Álvarez Chavarría es un periodista deportivo con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación como el diario La República y Radio América. También ha laborado en la cobertura de otras temáticas para el diario La Nación, además de prestar servicios en oficinas de prensa de instituciones y empresas estatales.