Comenzar la recta final hacia la Copa del Mundo Catar 2022 con la noticia de la renovación del técnico colombiano Luis Fernando Suárez, por los próximos cuatro años es una buena noticia dentro de un fútbol cortoplacista como el costarricense.
Significa darle tranquilidad al entrenador y al grupo para preparar de la mejor forma su participación mundialista. Pero, además, representa un dejar de lado la improvisación y la falta de planificación con la que se maneja el balompié tico. O por lo menos eso quisiera pensar.
Tradicionalmente a los dirigentes nacionales pareciera no importarles cuál sea el resultado en la cita planetaria; para ellos, el objetivo se cumple con la clasificación. Lo que se pueda lograr más allá de eso es ganancia, pero, por lo que uno ve, no es ni planificado ni tampoco prioridad.
Por eso, renovar a Luis Fernando Suárez hasta el 2026, es darle continuidad a un proceso relativamente exitoso. Además, iniciar el próximo ciclo en ruta al Mundial siguiente en Canadá, Estados Unidos y México con el mismo seleccionador es ventajoso, ya que Suárez ya conoce el medio, los jugadores, los rivales, la forma de jugar, el campeonato nacional, los dirigentes, la estructura y el calendario.
Ahora, la duda es si este “matrimonio” llegará a durar los cuatro años. Así como nunca se renovó al técnico que condujo a la Tricolor en el Mundial, tampoco el seleccionador que arranca el proceso pudo terminarlo.
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No creo que a Suárez le tengan tanta paciencia o tolerancia como se le tuvo durante este proceso, sobre todo en la primera vuelta de la eliminatoria; menos cuando uno escucha el pedido del colombiano en el sentido de la urgencia de que los clubes costarricenses tengan mayor participación internacional, algo con lo que la estructura de los torneos locales parece chocar de frente, por la insistencia de los dirigentes de armar campeonatos de 56 fechas.
El presidente de la Fedefútbol, Rodolfo Villalobos, respaldó el deseo del suramericano al indicar que hay que buscar la mejor fórmula para que tanto los clubes como la Selección cuenten con sus mejores jugadores en cada partido. Compaginar eso es lo complicado.
Y más aún cuando uno escucha las declaraciones del vicepresidente del Comité Ejecutivo de la Fedefútbol, Orlando Moreira, quien, al ser cuestionado sobre la longitud de los certámenes, responde que el año entrante no habrá eliminatoria por lo cual no habrá problema.
Eso retrata, una vez más, el cortoplacismo y la falta de planificación porque evidencia que en la mente del dirigente rojiamarillo -como presumo en la de los restantes once representantes de club-, luego de Catar 2022 lo más importante es el campeonato nacional. Cuando venga la Copa Oro, la Liga de Naciones y las clasificatorias a la Copa del Mundo, ya veremos qué enredo se hace.
Después de todo por qué pensar otra cosa si a través de la historia nuestro deporte rey siempre se ha manejado con los pies y no con la cabeza.