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Mirada Incisiva

La inconstancia del Herediano

El blog del periodista Luis Álvarez Chavarría en Deportescr

La paliza que recibió el Club Sport Herediano en el clásico provincial ante Liga Deportiva Alajuelense detonó la salida del técnico florense Geiner Segura. Por undécima vez una derrota ante los manudos provoca el despido de un entrenador del Herediano.

Esto se suma a la ya establecida filosofía o estrategia del Team de que si las cosas no caminan en los primeros partidos el timonel es quien paga los platos rotos. Así ha funcionado durante la última década y el cuadro rojiamarillo constantemente ha llegado a finales y ganado títulos.

Esa constancia dentro de la inconstancia que significa estar volándose entrenadores es una práctica que va contra todo lo que encierra la palabra proceso pero, al parecer, a los florenses no les importan más que los resultados.

Y es algo curioso porque el técnico que releva generalmente logra elevar el rendimiento del equipo y llevarlo hasta la final e incluso alcanzar el cetro. El ejemplo más reciente fue Jeaustin Campos, quien llegó de emergente (sustituyó al mexicano David Patiño) en la fecha 10 del torneo Apertura 2021 y llevó a los florenses al título.

Pero al arranque del siguiente torneo, luego de ocho jornadas, en las que no ganó un partido, con un balance de cinco empates y tres derrotas.

Otro ejemplo de la intolerancia en el Team fue Hernán Medford con quien el cuadro firmó un torneo casi perfecto, al mantenerse invicto durante las 22 fechas de la fase de clasificación. La desgracia de Medford comenzó al perder esa condición, en la final de fase, jugando como local ante Saprissa. Los morados obligaron a una gran final y en ella se impusieron a los rojiamarillos para levantar su copa número 37. Días después Medford fue cesado de su cargo.

Así que la goleada ante la Liga, del pasado 11 de febrero, no podía tener otro desenlace que la caída de Géiner Segura, quien, una vez más fue víctima de esa inconstancia que rige al cuadro florense.

Claro, si la cúpula dirigencial se comporta como como un ordinario grupo de fanáticos no puede esperar algo diferente.

Cuando uno escucha a Orlando Moreira defender lo indefendible con respecto al jugador Fernán Faerrón, se da uno cuenta de cómo se manejan las cosas en Herediano. Porque si hay algo verídico es que el fanatismo enceguece.

Moreira se dejó decir previo al partido contra Alajuelense, que el rasguño del paraguayo Fernando Lesme, que éste le atribuyó a Faerrón, pudo habérsela hecho él mismo para luego salir diciendo que había sido su rival. ¡Qué clase de disparate!

Igual las reacciones del nuevo gerente deportivo, Robert Garbanzo, pidiéndole a la prensa que no le de importancia a las acciones de Faerron, o al propio Jafet Soto pidiendo la renuncia en pleno del Comité Disciplinario, por haber castigado a su jugador.

Esta victimización sin límites ha provocado un complejo tan grande que los heredianos se sienten perseguidos o perjudicados por todo y por todos.

Pero no se cuestionan qué pasa con el avance del nuevo estadio, por qué las salidas abruptas de jugadores clave o por qué el paso a un lado de Jafet Soto como gerente deportivo; todas estas interrogantes que siguen sin respuesta por parte de las máximas autoridades rojiamarillas.

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