En columnas anteriores he hablado de la identidad saprissista que Horizonte Morado parece haber olvidado. Cuando se llega al banquillo de la Primera División del equipo más ganador de títulos en Costa Rica, sin experiencia y sin reconocimientos, es porque parece que a nadie le importa la historia. Mucho de lo que Saprissa vive en los últimos años es porque se perdió ese ADN morado.
Caso contrario podríamos decir del proyecto de Herediano, que tiene en un gerente como Jafet Soto a un herediano de la cuna, un florense de corazón, que lleva identidad y garra en la institución que sabemos él dirige o gerencia contra viento o marea, contra propios y extraños.
Lo hecho por Herediano en la última década sobrepasa cualquier estadística. La recuperación de la grandeza de un equipo que fue el primer monarca de la historia de nuestro fútbol y que hasta antes de los 80’, era la institución más ganadora, es algo digno de admirar.
La presencia del equipo florense en finales, de manera constante, hasta que aburre, porque podríamos repasar desde 2012 a la fecha lo sucedido, y básicamente se podría comentar que la disputa del título es entre Herediano y cualquiera otro de los once equipos que conforman la Primera División.
Con visión, con una camiseta bien pegada al pecho, Jafet Soto constituye esa figura que ha recuperado para el centenario equipo, el orgullo y valor de una institución que es muy representativa en el deporte rey costarricense.
El título alcanzado por Herediano en diciembre pasado, en la celebración de su primer siglo de historia fue noticia también porque solo pocos, pero grandes equipos en el mundo lo han hecho.
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Yo sé que a muchos les cae mal la forma de ser de Jafet Soto, pero, si él no defiende a esa institución, ¿quién lo hace? Eso se llama identidad.
Asimismo, la construcción de un estadio, es toda una quijotada en medio de nuestro entorno, cuando parece que a todo mundo le da pereza hacer algo. Herediano se atrevió a cambiar el rostro, no solo en el plano deportivo, o administrativo. Hoy está apostando en medio de una pandemia que ya tiene dos años, por construir un estadio modelo y digno para tan grande equipo.
Ocupamos muchos equipos como Herediano. Ocupamos muchos Jafet Soto que defiendan a capa y espada a sus instituciones, que se identifiquen con los colores de un club. Es la única forma de ser mejores.
Yo sé que llaman la atención y a muchos hasta les caen mal unas declaraciones que ha dado a varios medios de prensa el gerente florense, tras unos resultados no muy alentadores en el inicio del actual torneo: “Esta situación nos ocupa, no nos preocupa, el equipo ha terminado dándonos resultados, celebrando un campeonato en un Centenario, algo que muchos lo intentaron y no lo lograron. Otros como Saprissa le quedan algunos años todavía para poder buscar estar entre los 12 equipos más importantes del mundo”.
Ese tono con que Jafet Soto habla de los rivales, es un tono que muchos aficionados, estoy seguro, también jugadores y demás personal de algunos equipos, quisieran para con sus representantes. A veces uno ve el fútbol costarricense muy apagado… sin pasión. Esa pasión que hoy enciende el Team florense, luego de casi 20 años de sequía deportiva (a finales de los 90 y en la primera década de este siglo), es algo que nuestro fútbol a nivel general debe recuperar.