No cabe duda que el inicio del torneo Apertura del fútbol nacional ha estado marcado por las constantes quejas de varios clubes de la Primera División por la imposibilidad de contar con sus jugadores extranjeros desde el primer momento.
La Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) ha frenado el visto bueno para que, por ejemplo, en la primera jornada el Saprissa tuviera que descartar, en el propio estadio de Pérez Zeledón, a sus fichajes estrella Javon East y Luis Paradela.
Similar situación le ocurrió a Liga Deportiva Alajuelense con Aubrey David. Y aquí es cuando la gente se pregunta, ¿por qué se retrasa tanto el permiso de foráneos que llevan años en el país jugando fútbol?
Resulta ser que al cambiar de patrono se les debe extender un nuevo permiso y, al parecer, ni las dirigencias del Saprissa o la Liga lo sabían. ¿Cómo un asesor legal que debe realizar este tipo de trámites todos los torneos, desconoce un detalle así?…
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Clubes de fútbol que pasaban por el mismo caso, como el Santos con Chevone Marsh, y Cartaginés, con su goleador Marcel Hernández, se hicieron de la vista gorda y los alinearon. Los guapileños solo en el debut ante la Liga; los brumosos utilizaron al cubano en sus dos juegos, ante Grecia y Puntarenas.
¿Qué hizo Migración al respecto? Hasta donde tengo conocimiento lo único fue abrir una investigación de ambos casos. Lo que no mucha gente sabe es que alinear un jugador sin permiso de trabajo no es causal de pérdida de puntos, porque no está establecido en el reglamento del torneo.
Volviendo al caso de los morados, hasta este miércoles se les aprobó el permiso a Javon y Paradela. El martes se les había rechazado porque la firma digital no era visible, algo que me parece ilógico.
Hay que agregar a esta lista, la situación de los panameños Fidel Escobar, contratado por el Saprissa, y Rolando Blackburn, fichado por Alajuelense. Resulta que los trámites, aparentemente, se iniciaron hasta la semana anterior.
¿Por qué las dirigencias de nuestro fútbol dejan este proceso para lo último?; es decir, cuando cerraron la contratación debieron tener en sus manos todos los requisitos que pide la DGME para que, en el momento de abrir el expediente, el procedimiento fluya sin problemas. Pero parece que se esperan a ver qué les piden para aportar documentos.
Además, muchas veces en el sector público se considera que frenando las cosas se demuestra quién es el que manda, pero ¿acaso el trabajo no es un derecho fundamental del ser humano?
¿No sería posible permitir la inscripción otorgando un plazo prudencial para que el patrono presente los papeles en lugar de afectar al jugador y al propio club?
Llama la atención que, en todos los casos descritos, las tomas de televisión nos muestran a los jugadores y técnicos (como el uruguayo de Alajuelense, Fabián Coito) entrenando.
¿No es el entrenamiento parte del trabajo de un futbolista o técnico? Digo, si no pueden jugar porque les falta su permiso de trabajo, no deberían poder entrenar, porque esto forma parte de su labor. Y entonces, ¿por qué Migración no interviene en estos casos?
Es parte de los malos manejos administrativos que se dan en nuestro fútbol y que a la larga explican el por qué seguimos siendo un país “artesanal”.