Esta semana en el fútbol nacional surgió una nueva polémica en la que está envuelto, una vez más, el arbitraje costarricense.
A raíz de una presunta conversación en un chat de árbitros nacionales en los que se hace alusión a un técnico de la primera división, el presidente del Deportivo Saprissa, Juan Carlos Rojas, mostró su inquietud por dicha situación.
Y es que, aunque no mencionan nombres, los mensajes que publicó el colega Kevin Jiménez, en su página web, dan a entender que la molestia de los silbateros va enfocada hacia Jeaustin Campos, luego de sus fuertes declaraciones contra la labor de Juan Gabriel Calderón, en el clásico del pasado 3 de febrero.
“Esto es muy preocupante y genera serias dudas y desconfianza…”, publicó el jerarca morado en su cuenta de Twitter. “No sé cómo interpretar esto, si como amenazas solapadas o qué. Y lo extraño es que casi todos los equipos han despotricado contra el arbitraje de manera reiterativa, ¿entonces por qué esta reacción a Saprissa en este momento?”
Rojas incluso pidió al presidente de la Comisión de Arbitraje dar la cara.
“Asumo que el presidente de la Comisión se va a referir a esto con carácter de urgencia, por el bien de la credibilidad del arbitraje nacional”, manifestó Rojas.
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Y aquí tengo que coincidir con el presidente del Saprissa porque a la hora de escribir esta columna, ni Randall Poveda, jerarca de la Comisión de Arbitraje, ni Jeffrey Solís, coordinador arbitral, han salido a aclarar la situación.
Sin embargo, la Federación sí emitió un comunicado informando que lamentaba la filtración de dicha conversación y que, al ser David Gómez, uno de los involucrados, lo sustituía del partido que iba a dirigir este jueves entre San Carlos y la S.
Más tarde el silbatero Pedro Navarro, en representación del gremio, dijo en conferencia de prensa que se sentía traicionado de que dicha conversación fuese publicada por el periodista Jiménez.
Alegó que lo único que hicieron fue apoyar a un compañero que fue criticado.
“Yo quisiera ver a un grupo de jugadores si un árbitro sale a decir que (un jugador) es un incompetente por fallar un penal, quisiera ver el comportamiento de los compañeros. Somos seres humanos, lo mínimo que teníamos que hacer era respaldar al compañero en privado”.
Don Pedro, con todo respeto, apoyo es una cosa, confabularse es otra muy distinta. Los mensajes hablan de tomar acciones porque la Comisión los respalda.
Recordemos que el año pasado había ocurrido otra polémica cuando Poveda envió una carta a la Unafut -que se filtró a los medios- en la cual solicitaba su intervención puesto que algún gerente deportivo enviaba mensajes a los árbitros previo a los partidos.
Al final ni Poveda, ni la Unafut, ni la Federación hicieron nada. Nunca dieron nombres, ni tampoco hallaron responsables. En una salida indigna manifestaron que todo había sido un malentendido. Incluso, cuando se pidió ver los mensajes alguien alegó que se habían perdido o borrado. ¡Qué curioso!
Hoy, eso no sería problema, porque las imágenes de la, supuesta, conversación entre los árbitros está ahí.
La petición del Saprissa de promover una reunión en la que estén presentes el jerarca de la Fedefútbol, Rodolfo Villalobos, y la de la Unafut, Vicky Ross, es justa y necesaria. Además, los morados piden una investigación profunda que aclare “esta confabulación y planificación de acciones” en contra del club.
Por ello, y por la salud del fútbol nacional, es urgente y casi obligatorio que las autoridades arbitrales aclaren esta situación, porque serían impensables las consecuencias que esto puede traer si no se frena a tiempo.
Esto daña seriamente al fútbol pues, como dice el Saprissa en su comunicado, está “en entredicho el rol que juega el arbitraje como una necesaria garantía del fair play”.
