La frase es de Walter Centeno, técnico de Guadalupe. La dijo el domingo luego de perder ante Saprissa, en el contexto del despido de Jeaustin Campos, cesado del banquillo del Herediano, tan solo 24 horas antes, después de perder frente a Guanacasteca.
El “Paté” afirmó que en el club guadalupano trabaja tranquilo, ajeno de las presiones que supone dirigir un equipo grande y que, según su criterio, atentan contra el desempeño de técnicos y jugadores.
Centeno fue muy claro en que el balompié tico va en decadencia en lugar de crecer, porque el cortoplacismo de los dirigentes no quiere saber de procesos ni estructuras; simplemente, desean resultados y títulos, no importa a qué costo.
El exfutbolista tiene razón. Por ejemplo, el Herediano ha tenido 11 técnicos en los últimos nueve torneos, pero, curiosamente, la fórmula le ha dado resultados.
Los florenses tienen arranques de campeonato malos, cambian de estratega a mitad de la temporada y, o llegan a la final o son campeones. Así ha sido en los últimos años y, a pesar de que su vicepresidente Orlando Moreira asegura que desean estabilidad en el banquillo, los rojiamarillos anteponen resultados a procesos.
Esto parece que ha contagiado a otros clubes como Saprissa y Alajuelense que, durante mucho tiempo, tuvieron banquillos muy estables. En el caso de los morados el puesto de entrenador tuvo mucha estabilidad con Carlos Watson. Después de su salida, -en diciembre de 2017-, han pasado por la silla caliente Vladimir Quesada, el propio Paté Centeno, Roy Myers, Mauricio Wright y ahora Iñaki Alonso, quien tampoco está gozando de días tranquilos. Su inicio flojo, con apenas dos victorias en ocho encuentros, más la eliminación de la Concacaf, lo tienen en ascuas.
En Alajuelense, el banquillo tampoco ha estado tranquilo. Desde la salida de Óscar Ramírez -ganador de cinco títulos- han desfilado nombres como Benito Floro, Hernán Torres, Javier Delgado, Luis Diego Arnáez, Nicolás dos Santos, Wílmer López, Guilherme Farinha, José Giacone, Andrés Carevic, Luis Antonio Marín y Albert Rudé. Es decir, 11 entrenadores.
Formato mediocre
Entonces, ¿qué es lo que pasa? Ciertamente, el formato del torneo, hecho para hacer dinero y no premiar el rendimiento y la competencia, tiene sumido al fútbol nacional en un mar de conformismo; no existe exigencia y los equipos juegan la fase regular al mínimo esfuerzo, sabedores de que el título se decide en cuatro o seis partidos como máximo.
Jeaustin Campos, el último técnico campeón, quien hace dos meses era el mejor entrenador del país, lo que le valió la renovación con el Herediano por dos años, no sirve ocho partidos después y se queda sin trabajo.
Lo mismo le ocurrió a Mauricio Wright, el semestre anterior con la “S”, a Luis Marín con San Carlos, a Hernán Medford y José Giacone con el propio Herediano, por mencionar algunos ejemplos.
Algo no está bien. No se puede pasar de ser el mejor a ser desechado en solo ocho semanas. Las palabras de Jafet Soto, al despedir a Campos, reflejan una contradicción. Entre otras cosas dijo: “Es un entrenador con mucha capacidad, está entre los más ganadores de Costa Rica. Creo que capacidad de sobra la tiene, no solo para primera división sino para una Selección Nacional. Es un planificador y trabajador total, pero así es el fútbol… Podría decir que es el entrenador más exitoso en la historia del Club Sport Herediano, dejándonos campeón en el Centenario”.
Si es tan bueno, ¿por qué quitarlo? Esta es la pregunta que nadie le hizo a Soto en la conferencia y que muchos nos quedamos esperando.
El formato tan mediocre del torneo permite que hoy Herediano, sumido en una crisis de resultados, cambie el timón y, no sería raro que en tres meses esté disputando un nuevo título, como ha sido ya costumbre.
Por ello, celebro que el propio Jeaustin diga que Costa Rica requiere de un cambio de torneo, volver a las temporadas largas.
“…Acá hay un común denominador que es el cortoplacismo inducido por la estructura y el formato del campeonato. No deja no solo a los entrenadores trabajar; a los jugadores jóvenes se les priva la posibilidad de que ganen minutos porque sabes que en dos o tres partidos estás cerca de descenso, lejos de la clasificación o lejos del campeonato”, explicó en el sitio ESPN Costa Rica. “El formato de este campeonato debería ser de agosto a mayo y punto. No sé cuál es el beneficio de hacer torneos cortos, si con taquillas serían cuatro taquillas más (semifinales y final), no creo que sea una variable de peso”.
La propuesta fue acogida por el gerente deportivo de Alajuelense, Agustín Lleida, quien asegura estar de acuerdo: “Y a eso le añades un torneo de copa CR en eliminación directa entre primera y segunda división, le sumas Liga de Concacaf, ¡Concachampions y queda un calendario muy atractivo! Con sus descansos, su pretemporada y su período competitivo… incluso para la Selección…”, expresó el español en su red social Twitter.
Si gente de fútbol propone eso, ¿por qué los dirigentes no se atreven a hacerlo? Ojalá que la llegada de Vicky Gamboa Ross, la primera mujer en dirigir la Unafut, plantee esta iniciativa con seriedad y logre hacerla una realidad. El fútbol definitivamente se lo agradecerá.
Luis Álvarez Chavarría es un periodista deportivo con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación como el diario La República y Radio América. También ha laborado en la cobertura de otras temáticas para el diario La Nación, además de prestar servicios en oficinas de prensa de instituciones y empresas estatales.