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En Saprissa y en la Liga se equivocan como por deporte

Lo dijimos en su momento: es peligroso, muy peligroso que los dirigentes de nuestro fútbol tomen decisiones a partir de lo que se grita en las graderías.

Pero, en el Deportivo Saprissa y en la Liga Deportiva Alajuelense tomaron ese camino, y ahora están pagando las consecuencias. Se les olvidó que no es solo tener el derecho de tomar las decisiones. La ciencia del asunto está en el grado de responsabilidad con que se haga uso de ese derecho, porque también supone obligaciones.

En el caso de los morados, le he dado tantas vueltas como se me ha ocurrido a la decisión de sacar a Vladimir Quesada del banquillo y traer a Walter Centeno, y no le encuentro la lógica. Dieron de baja a un técnico que en dos torneos dirigidos les dio un título y un subtítulo. No manejo historia, pero cuesta encontrar otro con ese rendimiento.

Y no solo eso. Trajeron un técnico que nunca entendió que su responsabilidad era sacar el mejor rendimiento posible de los jugadores que están en el plantel. Aquí no se trata de discutir si el fútbol que pregona Centeno es bueno o malo, o feo o bonito. Es entender que él no armó esa planilla, y el campeonato está en marcha.

Se equivoca, y se equivoca feo, cuando insiste en tratar de jugar de una forma, sin tener los jugadores apropiados para ello. Desperdicia recursos, porque no puede usar ciertos jugadores que no dan la talla en el esquema que él quiere. Y le quita potencial al plantel porque insistir en que ciertos jugadores se desempeñen de una forma en que no lo saben hacer.

Así se resumen los males actuales de Saprissa. Y los que llevaron a Centeno no se han atrevido a hacerle ver esto. De manera que ellos también se equivocan por segunda vez.

En la Liga, la clasificación está bien cuesta arriba. Tendrían que ganar los tres juegos que les quedan y esperar con la calculadora en la mano.

Quitaron a un técnico que los clasificó en el torneo pasado, porque no ganó el título. Y no lo hicieron antes de que iniciara el torneo. Doble error. Y trajeron un técnico obligado a quedar campeón, aunque después empezaron a cambiar el discurso. Así no vale.

Y, por cierto, lo de Hernán Torres llama la atención en varios aspectos. Por ejemplo, se ha quejado reiteradamente de que no tiene jugadores por la cantidad de lesiones, expulsiones y otras situaciones. Pero, el sábado dejó a Barlón Sequeira en banca, mientras debutaba a un juvenil en un clásico y con obligación de ganar. No parece lógico.

Luego, se queja de que quien debió cobrar el penal, no lo hizo, sino que se lo dejó a Ariel Lassiter. Pero, él estaba en la zona técnica y no corrigió sobre la marcha. ¿Dónde dejó su autoridad? No dijo nada hasta que Lassiter falló. Y peor aún, se pasó de la raya en la recriminación que le hizo a Anthony López, que era uno de los cobradores designados. Curioso, porque como que, a Alexander López, el otro cobrador, le tuvo miedo. Solo le llamó la atención.

Y, finalmente, en la conferencia de prensa sale a decir que, en la barrera para el tiro libre de Angulo, se pusieron los “enanos” del equipo. Entonces, ¿qué entrena? Parece que no hay directrices. Y de fijo, tampoco hay reacción desde la banca. Porque él no se fijó en ese detalle, o si lo vio en el momento, igual no corrigió. Es tan culpable como sus jugadores.

Y más culpable que él, es la Junta Directiva, que nunca le ha dado un rumbo a la entidad en lo deportivo.

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