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Mirada Incisiva

El secretismo detrás de las ventas de jugadores en el fútbol nacional

Esta semana se dio a conocer la noticia de la venta del futbolista de Liga Deportiva Alajuelense, Alonso Martínez, al Lommel S.K., de la segunda división del fútbol de Bélgica, que forma parte del City Football Group al que también pertenece el exmorado Manfred Ugalde.

Agustín Lleida, gerente deportivo del club rojinegro, dijo, entre otras cosas, que esta era la segunda mejor venta de un jugador alajuelense, después de la de Froylan Ledezma al Ajax de Holanda, a finales de la década de los 90.

En aquella oportunidad, el múltiple campeón de Países Bajos pagó por el “cachorro” $5 millones (en ese momento ¢1.155 millones) por cinco años. Sin embargo, Lleida no quiso revelar el monto de la venta por Martínez, pues alegó que el contrato es privado.

De acuerdo con la poca información revelada por fuentes oficiales, la cláusula de salida de Alonso era de $1 millón y que el dinero ingresará en dos pagos. Pero hasta ahí…

Curioso que en nuestro país se dé esta práctica que, a mi juicio, no beneficia en nada, porque el querer ocultar cifras causa una mayor suspicacia por parte del aficionado.

No veo nada de malo en decir cuánto recibirá, en este caso la Liga, por vender a su jugador sensación de la actualidad.

• En Europa, por ejemplo, los contratos de jugadores son de dominio público. Allá, tanto como en cualquier parte del orbe, el aficionado sabe cuánto vale un futbolista, en cuánto es vendido, cuál es su salario, los premios, etc.

Igual ocurrió cuando el Saprissa vendió a Manfred Ugalde al mismo Lommel S.K. En principio, se dijo que la negociación se cerró en $3 millones, pero luego la dirigencia morada y el representante del jugador, Kurt Morsink -casualmente el mismo que lleva a Martínez- se apresuraron a desmentir y al mismo tiempo ocultar montos, pues aseguraron que provocarían revuelo en el país. ¿Revuelo de qué?

Es tan ilógico esto. En Europa, por ejemplo, los contratos de jugadores son de dominio público. Allá, tanto como en cualquier parte del orbe, el aficionado sabe cuánto vale un futbolista, en cuánto es vendido, cuál es su salario, los premios, etc. Aquí todo es un misterio y un secretismo infantil.

Hace pocos días se dio la negociación con el mejor jugador del mundo y se brindaron los montos que ganaría Lionel Messi en el PSG de Francia sin ningún tipo de temor. El mejor jugador del planeta.

En la MLS, los salarios de cada futbolista que milita en esa liga están disponibles para cualquier persona que los quiera consultar a través de Internet.

Como me dijo un amigo un día de estos, este tipo de secretismo solo alimenta las dudas y las sospechas de si hay algo más detrás de cada negocio.

Cabe entonces sembrar la inquietud en las autoridades correspondientes de si debería exigirse a las partes revelar las sumas de los contratos. Al final, ¿en qué perjudica a los clubes que se conozca el monto de una transacción? A menos que…

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