Lo del lunes 16 de diciembre de 2019 en el Estadio Alejandro Morera Soto, con ocasión de la final de la Liga Femenina de Fútbol, es alucinante. Hay que enmarcarlo. Y ciertamente es un hito en la historia de esta disciplina.
Un partido a estadio lleno (16.900 aficionados, según el reporte oficial) en el tercer escenario futbolístico más grande del país es algo que habla muy bien de lo que se viene haciendo. Pero, por ahora, sigue siendo un hecho aislado.
Por ello, es importante tener mucho cuidado con el manejo que se le de al tema por parte de la dirigencia de la Liga y de los propios clubes. No olvidemos, por ejemplo, que Saprissa no llegó ni a la mitad de la capacidad de su estadio en la ida de esta misma final, pese a que la entrada era gratuita.
Es cierto que en cuestión de tres partidos se establecieron y se rompieron dos marcas de asistencia de espectadores a encuentros del fútbol femenino para dejar un registro impresionante. Pero, se juntaron circunstancias muy particulares para ello.
No quitamos mérito a lo ocurrido. Somos apasionados del fútbol femenino desde 1994, cuando comenzamos una etapa con las transmisiones de esta disciplina a través de Extra TV. Y de ninguna manera pretenderíamos, siquiera, desmerecer lo que se viene avanzando.
Pero es importante llamar la atención de los dirigentes en el sentido de que falta mucho trabajo por hacer. Nuestra liga es pequeña, con apenas ocho equipos. De hecho, en el pasado llegó a tener 10, y eso no se logró sostener.