Es un tema complejo. Efectivamente, como lo dice el presidente de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol), Rodolfo Villalobos, la profesionalización de los árbitros no es un asunto sencillo.
Pero, eso no quiere decir que no sea un tema en que haya que trabajar. Y, particularmente, siento que los dirigentes no lo ven de esa manera.
Desde la Unafut, no ha habido una iniciativa en esa dirección. Y desde los clubes, tampoco. Pero cada día se escuchan quejas por el desempeño de los árbitros.
Es cierto, también, como sostiene Rodolfo, que la profesionalización no va a erradicar los errores arbitrales. Yo diría que nada los va a erradicar, salvo algo que no está en el tapete como sería la eliminación del fútbol.
Pero, de nuevo, eso no implica no hacer nada. Profesionalizar esa área supondría tener árbitros dedicados a tiempo completo a esta ocupación. Y eso llevaría a que se puedan programar tiempos uniformes para la preparación física, que es algo que hoy se distorsiona mucho. Es muy difícil que árbitros que se levantan a las cuatro de la mañana puedan rendir en la parte física cuando terminan sus labores del día a las 10 de la noche.
Lo otro es que hoy los réferis pertenecen a diferentes asociaciones a lo largo y ancho del país. No hay una sola entidad que agrupe a los silbateros de primera y segunda división. Y aquí habría que pensar ya en el fútbol femenino y en las ligas menores.
Luego, es importante que todos puedan ir siempre a los repasos teóricos, porque eso refresca conocimientos, al tiempo que equipara criterios; algo que hace mucha falta hoy en día en nuestro arbitraje.
El tema debe ser puesto en el tapete. Y no se trata de hacer comparaciones simplistas del tipo de decir que los árbitros costarricenses son los mejores pagados de Centroamérica. La profesionalización va mucho más allá del ingreso. Y, hay que tomar muy en cuenta cuáles son las referencias a la hora de hacer una comparación. Mirarse en el espejo de los que están peor siempre va a dar una ventaja al argumento que se quiera presentar. Pero no ayuda en nada.
El fútbol también requiere concentración y es imposible que un árbitro lo tenga si está pensando, mientras corre por la cancha, en cómo le hará con su horario del día siguiente, o en el trabajo que debe hacer más tarde.
Por ahí no va…
