La final de la Liga CONCACAF volvió a evidenciar no solo la clara superioridad del fútbol costarricense en Centroamérica, sino también el romance de Liga Deportiva Alajuelense con la gloria del triunfo; también representó un nuevo fracaso para Wálter Centeno al frente del Saprissa.
Tan solo mes y medio después de acabar con una sequía de siete años sin títulos, Alajuelense saboreó una nueva corona, esta vez a nivel regional y, todavía mejor, frente al campeón vigente del torneo y su más enconado rival. Fiesta completa en la casa manuda.
La escuadra rojinegra supo reponerse al golpe en contra que le significó el gol de Christian Bolaños; encontró el empate antes de finalizar el primer período y en el segundo acto del juego fue superior a su adversario, le anotó un tercer tanto y aunque recibió el descuento, supo preservar la victoria.
Más allá de eso hay que resaltar el buen manejo de Andrés Carevic, quien, a pesar de estar en desventaja en el choque, no perdió la cabeza, siguió fiel a su estilo, detectó las falencias del contrario y le volvió a ganar el ajedrez táctico a Walter Centeno.
Además, la Liga ratificó el prometedor futuro del equipo con las sólidas actuaciones de Yurguin Román, autor de la segunda anotación -un golazo de tiro libre-; de Fernán Faerrón, Barlon Sequeira, quien marcó el empate 1-1; Jurguens Montenegro y Alonso Martínez.
Eso habla de un proceso de renovación del plantel, pero ejecutado de forma inteligente, pues no se les endosa la responsabilidad a los jóvenes, sino que se les lleva acuerpados con futbolistas maduros y veteranos como Leonel Moreira, José Salvatierra, Daniel Arreola, Bryan Ruiz, Alex López, Marcel Hernández y Johan Venegas, entre otros.
Otro fracaso
En la acera de enfrente, las cosas siguen igual y pareciera, de no producirse alguna situación anormal a nivel de dirigencia, que el cuadro morado seguirá dando palos de ciego.
La pregunta que se hacen los aficionados del Saprissa es ¿hasta cuándo? Las redes sociales explotan contra Paté y contra Juan Carlos Rojas. El equipo es una incógnita, un día juega relativamente bien y al siguiente es una calamidad.
Los problemas en defensa son un mal endémico que Centeno no ha podido resolver en sus dos años al frente del plantel. La ‘S’ es un cuadro que no sabe defender y el bloque es un desastre. La gente tiende a achacar los errores solo a la defensa, pero el mal comienza desde mucho antes. En el medio, David Guzmán no es ni la sombra del que partió a la MLS; comete faltas ingenuas e innecesarias y no le da salida clara al equipo.