Resulta extraño la caída estrepitosa que ha sufrido Liga Deportiva Alajuelense en esta segunda vuelta del torneo. Pasó de ser el mejor equipo de la primera vuelta con números arrolladores (8 victorias, 2 empates y solo 1 derrota para 26 puntos) a tambalearse en esta ronda. Luego de siete jornadas, se ubica noveno -solo tomando en cuenta resultados de esta vuelta), con dos triunfos, tres empates y tres derrotas para 8 puntos).
Desde la pérdida en Puntarenas, Alajuelense comenzó a desmoronarse poco a poco. Ya había signos de alarma, con la caída ante Los Ángeles FC, por Concacaf, 3-0 en el Morera. Y aunque la ilusión se prendió en los corazones alajuelenses con la victoria en Estados Unidos, lo cierto es que aquí el equipo no carbura.
Llama la atención la fragilidad emocional y mental del cuadro rojinegro, al que los constantes y repetitivos fracasos en los últimos torneos, especialmente en instancias finales, parecen perseguirlo y torturarlo sin fin.
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Y aquí no sabe uno si la responsabilidad es del grupo de jugadores, del técnico, o de ambos. No comprende uno cómo, por ejemplo, Vladimir Quesada, asume al Saprissa un martes, luego de la destitución de Jeaustin Campos. Juega miércoles, le gana al Santos y, con tres entrenamientos más se da el lujo de visitar al Morera Soto y vencer a Andrés Carevic en el resultado y en la estrategia.
Algunos podrán decir que fue casualidad, pero resulta que la semana pasada, Jeaustin Campos asume el Herediano un jueves. Y con dos entrenamientos le saca un empate del bolsillo a Carevic, en un juego donde la Liga mereció una victoria holgada por lo hecho en cancha.
Las dudas en Alajuelense
Entonces, reitero la pregunta, ¿responsabilidad de quién? ¿De los futbolistas que llegan y llegan a marco contrario y no definen los partidos?; ¿del técnico que no lee bien los encuentros y le sacan resultados de la bolsa?
Incluso, uno escucha cómo luego de perder el clásico frente a Saprissa, Carevic y sus jugadores cambiaron radicalmente el discurso que, hasta ese encuentro, era dejarse el liderato general. A partir de esa derrota, ahora “lo importante es clasificar en el puesto que sea”.
No puedo ni imaginar la presión que tiene encima don Andrés, tanta que hasta quebrantos de salud le provocan en un partido. Y es que no es para menos. Si ya de por sí que los resultados no lo acompañen es motivo de preocupación, el hecho de escuchar, y saber que en la Liga suspiran por otro técnico de todos conocido, no debe ser muy bonito que digamos.
Y, finalmente, habrá que ver cuál es el papel que asume la junta directiva de Alajuelense al final del torneo, si se deciden a darle continuidad al proceso y sostienen al cuerpo técnico, limpiando, obviamente, el camerino, o bien, ceden, una vez más a la presión del aficionado y descabezan a Carevic.