Es muy difícil de verdad que haya un proceso de mejoramiento en el balompié nacional, cuando su máxima liga, la de Primera, demuestra lo erráticos que son los dirigentes y también los técnicos, a la hora de tomar una decisión de abordar un proyecto deportivo.
Ni la palabra proceso, ni la palabra proyecto parecen estar en el léxico de nuestro fútbol.
Al cabo de que se jugaran 10 jornadas del torneo mayor, seis equipos ya habían dado golpe de timón en sus banquillos. Limón, Pérez Zeledón, Herediano, Saprissa, Santos y San Carlos, por uno u otro motivo vieron en pocas jornadas el cambio de entrenador. En uno de estos casos, un técnico pasó de un equipo a otro.
Esto es lo normal en nuestro balompié: que un técnico pase de club en club de un día para otro, que en media conferencia de prensa un técnico renuncie, que a un técnico le digan por Whatsapp que ya no es parte del equipo, que a un entrenador no lo dejen subirse al bus para ir al juego: son solo algunas de las noticias que ponen interesante el torneo.
Pues, la parte deportiva, la competencia, el máximo rendimiento, eso casi no es noticia. El buen juego, no es noticia. La disputa férrea por un puesto, no es noticia.
Lo habitual es, aparte de los cambios de técnico, las disputas con los árbitros, las acusaciones sin sentido, las amenazas de ir a FIFA porque a un asociado no le gusta haber quedado de último en un torneo… eso es lo habitual…
Hay muchos temas que entretienen el mundo de nuestra Primera División. Pero pensar en un proceso a mediano plazo, no.
Me pregunto, ¿qué hace que un técnico empiece en un club y a las seis jornadas aterrice en otro club con el cual compitió en el mismo torneo? Es decir, empezó en el banquillo y entre entrenamiento y entrenamiento ya coqueteaba con el otro equipo y el club ya coqueteaba con otro técnico. Peor aún sería pensar que una tarde de verano se dio una llamada y se nombró un entrenador para sustituir a otro, y ese entrenador simplemente dejó atrás el proyecto que traía.
No estoy en contra ni del trabajo ni de la opción de superación. Lo que no puede ser es la falta de seriedad de dirigentes y técnicos para fijar un “proyecto”, de al menos 22 jornadas.
Escucho a un Gilberto Martínez decir que a nuestro fútbol le falta ritmo. Se empiezan a desgranar causas: que los árbitros cortan mucho el juego, que la preparación física no es la mejor en los jugadores, que el estado de las canchas.
Digamos que esto que dice el conocido “Tuma” debería ser tema, no a medio camino del torneo, debería ser tema al finalizar un campeonato, entre dirigentes, técnicos, árbitros y jugadores, para analizar lo sucedido y para ver cómo ponemos las condiciones para que en el próximo campeonato se juegue con un mayor ritmo. Se debe pensar entonces en mejorar condiciones de equipos que no tienen, por ejemplo, cómo recuperar a los futbolistas, cómo mejorar canchas para entrenar, o cómo brindar mejores implementos deportivos.
Se podría hablar de capacitar a los técnicos, de buscar cursos o pasantías que les permita refrescar el estilo de juego.
Entonces, para responder a la petición de Gilberto Martínez, queja que, por ejemplo también puso Wálter Centeno sobre el tapete, tenemos que preguntarnos: los técnicos que dan la vuelta a uno o dos o tres equipos en un año, ¿qué cambian en su filosofía o estilo de juego? Es decir, saltan de un club a otro, en un 99% por malos resultados. Entonces, ¿por qué los contratan en otro club, si los resultados no se les dieron en el anterior? ¿Cuánto de respiro se dan los técnicos para refrescarse?
Los dirigentes, me pregunto una vez más, eligen un técnico para, a) ¿llenar un campo?, b) ¿es más económico que el anterior?, c) ¿es amigo del gerente?, d) ¿es amigo de los jugadores? En fin… podríamos enumerar y enumerar causas de este tipo. ¿Cuántos dirigentes analizan el perfil del técnico que se adapta al estilo de juego que está trazado en la institución deportiva? ¿Cuántos dirigentes y entrenadores se reúnen para definir un estilo de juego y un proyecto deportivo? Estas últimas dos preguntas, creo, que por lo que vemos en el campeonato, son muy fáciles de responder.
Y, conste, no soy clarividente, pero de los otros seis clubes, y a falta de doce jornadas para que termine la primera etapa, me atrevo a decir, que aún veremos más desfile de entrenadores…