Hace seis meses escribí una columna titulada “Vladimir no debería continuar”. En ella exponía mis argumentos por los cuales consideraba que Vladimir Quesada no era el técnico idóneo para dirigir al Saprissa, incluso luego de haber salido bicampeón.
Seis meses después Vladimir se encargó de cerrarme la boca (como a miles, creo) sin utilizar una sola palabra. Solo le bastó conseguir el tricampeonato, elevando al club a la categoría de histórico por ello.
Hoy tengo que reconocer con toda humildad que estaba equivocado con respecto a la capacidad del técnico morado, porque lo demostrado no deja duda alguna. Saprissa, literalmente, arrasó en este Apertura 2023, contra todo (no contra todos como acuñan algunos).
Basta con recordar que inició el torneo sin su capitán y jugador más influyente, Mariano Torres, lesionado en la Supercopa ante Herediano. Si bien todos nos preguntábamos qué sería de la S sin Mariano, lo cierto es que no pasó nada, porque pese a que con él en cancha el cuadro es más sólido, su ausencia tampoco pesó demasiado.
En la fecha 7, en el clásico ante Alajuelense, en el Morera Soto, Vladimir Quesada perdió por lesión y por el resto de la temporada a David Guzmán. Sin duda, otro golpe durísimo para cualquier técnico, pero no para Vladimir.
Más lesiones
Súmele a ello que en distintos tramos del campeonato estuvieron lesionados Christian Bolaños, Ryan Bolaños, Luis Javier Paradela y Ricardo Blanco (quien no vio acción en todo el torneo).
Resulta que fue ahí donde Quesada demostró su capacidad para recomponer el equipo. Echó mano de Ulises Segura, a quien a fuerza de confianza y minutos logró recuperar. Después ubicó a Fidel Escobar en el puesto de Guzmán, en lo que sin duda alguna fue el máximo acierto del estratega en el torneo, al punto de que el panameño es considerado el jugador más valioso del certamen.
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Logró sortear su momento más delicado luego de la eliminación ante el Real Estelí. Incluso, antes de jugar el partido de vuelta ante los nicaragüenses, existían rumores de que Vladimir Quesada quedaría fuera del equipo si era eliminado. Pero, la dirigencia saprissista actuó con madurez y aunque el palo fue duro, no se dejó amilanar ni por ello ni por el clamor de la afición.
Quizá aprendieron la lección de la anterior ocasión cuando Horizonte Morado le hizo caso a la feligresía morada que pidió la cabeza de Quesada para traer a Walter Centeno, con los resultados ya conocidos.
Vladimir Quesada hace mejor a Javon
Súmele a ello que, gracias a su extraordinaria gestión del camerino, logró componer la ruptura que había dejado el anterior técnico, Jeaustin Campos, quien aparte de su “problema” con Javon East, tenía una plantilla totalmente dividida.
Incluso, horas después de festejar el tricampeonato Christian Bolaños, reveló que en 2014 tuvo que irse a jugar al Cartaginés por culpa de Campos, quien en ese momento era el gerente deportivo de los morados.
Vladimir Quesada agarró ese camerino pegado con hilos y logró convertirlo en una familia monolítica y solidaria con un objetivo muy claro: el tricampeonato.
La transformación, por ejemplo, de Javon East, relegado a la suplencia en la era Campos, es otro de sus grandes aciertos. Al jamaiquino, Vladimir le potenció al máximo y una de las cosas que más le criticaba Jeaustin, su falta de sacrificio defensivo, en este torneo fue una de sus principales virtudes, al punto de convertirlo junto con Fidel en los dos jugadores más valiosos del Saprissa en este certamen.
Números importantes
Hay que agregar que Saprissa consiguió un récord de puntos (55 en la temporada regular) más 12 puntos, producto de cuatro victorias consecutivas en semifinales y final de segunda fase. Es decir, la S conquistó 67 puntos en total para un rendimiento de casi el 86%, un porcentaje casi inverosímil en estos tiempos, no solo en Costa Rica sino en el resto del mundo.
Fue el equipo más goleador, con 62 goles; el menos vencido con 20 tantos; el de más victorias con 22; el de menos derrotas con solo tres.
Además, con esta copa el Deportivo Saprissa es el cuadro que más distancia saca a su inmediato perseguidor desde 1955, cuando el Club Sport Herediano (14), alcanzó ocho coronas más que libertos y manudos.
Un detalle que retrata la valía como persona de Vladimir Quesada es el poner al grupo de jugadores siempre por delante. Cuando ganaron siempre les dio el mérito a los jugadores, cuando perdió siempre se endilgó la responsabilidad y eso el grupo lo agradece y le responde en la cancha.
Aún más en la foto de celebración del título, el técnico, la cabeza del equipo, el cerebro detrás de la estrategia no aparece en primer plano, apenas si se distingue, prueba irrefutable de que él prioriza a sus discípulos, verdaderos gestores del nuevo éxito morado.
¡Felicidades Vladimir Quesada! ¡Honor a quien honor merece!
Luis Álvarez Chavarría es un periodista deportivo con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación como el diario La República y Radio América. También ha laborado en la cobertura de otras temáticas para el diario La Nación, además de prestar servicios en oficinas de prensa de instituciones y empresas estatales.