Hace unos días, el técnico del Saprissa, Vladimir Quesada, salió en defensa de uno de sus futbolistas, por considerar que un periodista le estaba atacando.
En mi criterio, a Quesada se le fue la mano contra el colega Eduardo Castillo de Teletica Radio, tras un empate morado ante el Cartaginés.
Precisamente la consulta por el rendimiento de Douglas Sequeira tiene asidero, desde luego en la apreciación del periodista. Pero, además porque fue sustituido por el estratega en los últimos minutos del juego.
“Lo que pasa es que usted ya está atacando al muchacho por valor de opinión y está calando en el aficionado”, indicó Vladimir Quesada.
Al técnico hay que decirle que el aficionado tiene su propia opinión. Pero aun así, en caso de que el criterio de un periodista cale en el aficionado, eso no es de resorte para evitar una crítica o para enojarse si existiera.
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Repito, lo que ocurrió fue una consulta, y esta no fue respondida. Eso es algo que se está volviendo costumbre en muchos actores que están en el escrutinio público en Costa Rica (no solo del fútbol).
Ciertamente el entrevistado puede no contestar. Pero no le corresponde decirle al periodista cómo debe hacer su trabajo (si este se hace bien o mal, será para opinar en otro momento).
No se preocupe por la crítica, Vladimir
Días después, Sequeira, quien es hijo del hoy técnico de Puntarenas y que lleva el mismo nombre, fue convocado a la Selección por Gustavo Alfaro. O sea que las críticas no calaron en el seleccionador, por si algo de esto le preocupa a Vladimir.
Douglas Sequeira, el papá, dijo sobre las críticas que él ya ha pasado “por donde asustan” y que su hijo, al ver “tanta crítica hacia mí, creo que ya está preparado”.
Si a una figura como Douglas, en su presente de técnico, se le ha criticado, es por los resultados bajos que ha cosechado. Incluso ya ha pasado por selecciones sin haber tenido tanto bagaje. Y aun así sigue siendo contratado en los equipos (o sea, la crítica tampoco cala en esos dirigentes que lo siguen contratando).
Tenemos que normalizar la crítica. Quienes estamos metidos de una u otra forma en estos ambientes expuestos al público, lo menos que podemos hacer es tener la epidermis un poco más gruesa.
Por supuesto abogo por una crítica respetuosa, pero en la que principalmente están sometidos, en este caso dirigentes, técnicos, futbolistas.
No hay que enojarse, lo cual extraña mucho de una figura como la de Vladimir, que se ha caracterizado por su don de gentes, a diferencia de otros de sus colegas.
Hay que normalizar la crítica si queremos crecer… No imagino que la afición manuda esté muy contenta después de la derrota en casa ante Cartaginés, y que hasta la destitución del técnico pidió en las gradas.
Hay que normalizar la crítica y aceptarla si queremos que el deslucido fútbol local avance, a una mejor competencia, a tener jugadores en las mejores ligas del mundo y a fortalecer nuestras selecciones que hace rato no ganan nada.