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Mirada Incisiva

Un punto y muchas dudas en la Selección Nacional

El arranque de la eliminatoria deparó para la Selección Nacional un punto como visitante. Tal vez fue lo único positivo de la visita al Rommel Fernández, de Ciudad de Panamá, ya que el juego costarricense en sí derivó en muchas dudas.

El panorama comenzó a complicarse con las lesiones de Johan Venegas, Alonso Martínez, Barlon Sequeira y Joel Campbell, todos excluidos, lo que obligó al seleccionador patrio, Luis Fernando Suárez, a reacomodar sus fichas para hacer frente el debut ante los canaleros.

Aunque el partido comenzó con un buen control de pelota, eso apenas duró unos 20 minutos. Después, Panamá se adueñó del juego y, de no ser por su mala puntería, posiblemente, estaríamos lamentando la derrota.

No hace falta ser muy sabio para darse cuenta de que el peso del partido lo llevó la zaga y, en última instancia, Keylor Navas, quien volvió a ser determinante bajo los tres palos con dos grandes paradas que frustraron las intenciones panameñas de alzarse con la victoria.

Navas brindó seguridad y liderazgo en la zona baja. La defensa tuvo un partido más que correcto; Ricardo Blanco, sorpresa en el once estelar (el titular había sido Keysher Fuller durante todo el proceso con Suárez), se fajó a lo grande en el primer tiempo y aunque en la segunda mitad sufrió más con los desbordes de Quintero y después de Bárcenas, cumplió la labor.

• El problema fue de generación de juego. La asfixiante presión panameña en la salida y medio campo de la tricolor cortaron todos los circuitos de juego. Así, ni David Guzmán ni Celso pudieron conectar con Randall Leal, en teoría el armador de juego, pero quien lució aislado y desenchufado del cotejo

Por el otro carril, Oviedo estuvo más ocupado en labores defensivas y no fue tanto al frente. Igual resolvió lo que le llegó por su costado.

En el centro de la zaga Oscar Duarte fue un muro impasable, tanto arriba como abajo y fue bien secundado por Francisco Calvo, quien, salvo un ligero desliz en el complemento, al intentar devolver una pelota a Navas, saldó con un aceptable su actuación.

Hasta ahí todo bien. El problema fue de generación de juego. La asfixiante presión panameña en la salida y medio campo de la tricolor cortaron todos los circuitos de juego. Así, ni David Guzmán ni Celso pudieron conectar con Randall Leal, en teoría el armador de juego, pero quien lució aislado y desenchufado del cotejo.

Igual ocurrió con Jimmy Marín y Ariel Lassiter en los extremos del ataque. A Marín le faltó encarar más y a pesar de que intentó establecer conexiones con Blanco y Ugalde, estas fueron infructuosas. Lassiter fue un fantasma absoluto en la cancha.

Al único hombre en punta, Manfred Ugalde, le tocó bailar con la más fea contra dos zagueros que lo doblan en estatura y potencia. Aún así, se las ingenió para sacar faltas cada vez que recibió la pelota de espaldas al arco.

La “Sele” resintió la ausencia de Joel Campbell, su referente en ataque y, por qué no, también la de Venegas, que con sus movimientos y colmillo aporta al volumen ofensivo. La entrada del capitán Bryan Ruiz -quien por lo visto sigue siendo insustituible en la escuadra-, brindó la calma y el control de pelota por algunos minutos y así la defensa nacional pudo descansar.

Uno quisiera pensar que las circunstancias de un equipo diezmado y con solo una práctica previa al juego habrían obligado a un esquema tan cauto y prudente por parte de Suárez. Al fin y al cabo, las eliminatorias se juegan a puntuar afuera y hacer valer la localía. Por ahora, Costa Rica logró lo primero, un punto marcado por un incesante sufrimiento, solo comparable con el caudal de dudas que despertó el cuadro patrio.

Pero ojo, el colombiano tendrá que trabajar mucho si quiere enderezar un navío que en aguas panameñas estuvo a punto de naufragar. La Selección Nacional tendrá que mejorar muchísimo si pretende estar presente en Qatar 2022.

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