En el Deportivo Saprissa a finales de la década de los ochenta surgió el lema “Poder y orgullo”. Identificó e hizo honor por muchísimos años a un club que por entonces había consolidado un importante prestigio en virtud de los títulos nacionales que lograba y de la afición mayoritaria que se empezaba a notar.
Entonces, estaba aún fresco el hexacampeonato de los setentas. Hubo mucho trabajo de mercadeo que pudo arraigarse en el fútbol nacional.
Más de tres décadas después, Saprissa se consolida con 38 títulos nacionales como el más ganador de Costa Rica. Muy lejos están sus seguidores. Su archirrival manudo está estacado en 30 títulos y, el tercer lugar está con 29, el cual es Herediano.
Saprissa supo coronar un bicampeonato el pasado 28 de mayo, luego de casi una década de no lograrse en el balompié costarricense. Había sido también Saprissa el último que amarró dos títulos seguidos en aquella ocasión.
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Saprissa supo reponerse de una extensa serie con Alajuelense que obligó a la Gran Final, tras ganar la segunda fase. Fue una buena muestra de poderío, tras vencer en casa 3-0 y sorprender al equipo saprissista y luego, tras perder por la mínima en el juego de vuelta.
Finalmente, en el juego de ida, los manudos también se adelantaron 1-0, pero no resistieron ese “poder y orgullo” al cual hago referencia y que en 45 minutos liquidó el título con tres anotaciones, en el juego de vuelta y en la casa morada que una vez Diario Extra bautizó como “Monstruo”.
Lo de Saprissa hay que reconocerlo: tiene grandes lemas que se volvieron leyenda como “no se repartan nada mientras Saprissa está vivo”. Tiene una afición que en cuestión de una hora o menos hace llenar el estadio, siendo el único que en mi criterio pesa e inclina la balanza en favor de su equipo.
La regularidad de Saprissa
Lo de esta temporada debe reconocerse en Saprissa por su regularidad, y no hablamos solo de los últimos seis meses. Hay que abonar el trabajo acumulado del segundo semestre del año anterior. Ni el cambio de técnico, un poco atropellado alrededor de la figura de Jeaustin Campos y las supuestas muestras de racismo, hicieron mella en la institución.
La llegada de Vladimir Quesada, quien en algún momento estuvo en duda, en el manejo de la serie con los manudos, al final generó un clima de confianza y respeto para terminar de demostrar el poderío del equipo.
Saprissa es el equipo que más recauda y que más afición lleva al estadio. Supera por mucho en los números a cualquier rival. No hay uno solo que en el balance histórico supere a los morados.
El “Poder y orgullo” hoy está en las venas de muchos jugadores que se contagian de una sed de triunfo que inspira a propios y extraños.
En ocasiones, incluso, hay que decir que Saprissa no es el equipo que más ha invertido en figuras. Con poco, muchas veces ha ganado un título. Ha sabido labrar también títulos en solo semanas, tras semestres desastrosos. Pero, eso le ha dado aire.
Con el título del presente se reconoce sí, al equipo más regular y al mejor.
Sí creo que Saprissa tendrá que hacer un recambio generacional a futuro, pero en medio de tantos triunfos se vuelve más fácil.
Mientras exista el “Poder y orgullo”, los otros equipos tendrán que seguir pensando muy bien en la elección que hacen de sus jugadores y técnicos, en sus inversiones, en sus filosofías de juego… el Saprissa de hoy se levanta sólido y ya sueña con el tricampeonato, gesta que hace rato no vemos.
