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¿Qué pasó en Brasil 2014?

Siete años después de la mayor gesta futbolística en un Mundial Mayor, vemos en tiempo real una serie más apta para telenovela que para nuestro alicaído fútbol. Sin embargo, estamos claros, que en nuestro alicaído fútbol nada es extraño.

Pocas semanas después de la gesta que puso a un país de cabeza, se daba la salida del D.T. colombiano, Jorge Luis Pinto y luego de ello, la avalancha de reacciones. El famoso “he dormido con el enemigo” del entonces seleccionador patrio y las supuestas amenazas de perder partidos confirmadas por ex dirigentes, han envuelto el mundillo balompédico de Costa Rica.

Todo esto ha llegado a los tribunales. Muchos hoy se rasgan las vestiduras. Burlas y memes, juicios de valor y otras cosas más han sacudido a la sociedad: “pan y circo”, diríamos.

Pero, ¿qué pasó en Brasil? Semanas después de que salió Pinto de la Selección, comenté en redes sociales mis dudas sobre algunos manejos que se dieron en Brasil. Señalé, además, y consulté, ¿dónde estaba la prensa nacional que no reveló nada del “infierno” que se estaba viviendo?

Al menos tres colegas periodistas, a quienes respeto, me contactaron. Por supuesto les agradecí. Pero, en las sumas y restas algo no estuvo bien.

La separación de la prensa de su labor para subirse a la carroza del triunfo, no se vale. Es claro que, si los resultados no se hubieran dado en Brasil, las notas de prensa desde allí, en nuestros medios, hubieran sido el revelar lo que (“supuestamente”) estaba pasando a lo interno.

El ambiente resultadista siempre nos ha perjudicado para tomar decisiones en nuestro balompié. La falta de procesos y planificación es lo único seguro en quienes dirigen nuestro fútbol.

Ese ambiente resultadista también perjudica a la prensa. Repito, de lo que pasó en Brasil más allá de la cancha, no tenemos información en tiempo real, y como lo dije hace siete años, no creo que nadie supiera.

Que se ocupan pruebas… sí. Son las mismas pruebas que hoy tres seleccionados piden para limpiar su honor en los tribunales, por decir que dijeron, que habían amenazado con perder partidos.

Desde luego, no quiero una cajita blanca para mí y tampoco descubro el agua tibia cuando digo: ¡quien quita y pone técnicos son los jugadores! No se ocupa amenazar para ello. No se ocupa de un complot. No se ocupa tampoco de reuniones con dirigentes. El rendimiento en la cancha, la motivación, el hacer “click” es lo único que permite un buen matrimonio para la obtención de los resultados.

Ese “click”, por doloroso que parezca, se hizo en Brasil 2014. Nadie tiene que rasgarse las vestiduras, y diría que todos los actores hicieron lo que tenían que hacer. De la forma que fuera, jugadores a tono, esquema táctico, asistentes (aunque digan que eran enemigos) y engranaje total funcionaron para que Costa Rica cosechara lo que cosechó.

Nada de eso se hubiera podido sin Navas, sin Ruiz, sin Celso… sin Campbell, sin Pinto. En la ecuación cualquier cosa que hubiera pasado diferente no nos da el resultado. En este caso, los factores alteran el producto.

Que la prensa callara lo que no se calló en otros procesos, no lo entiendo, y menos cuando fue el Mundial quizás, con la mayor cantidad de prensa costarricense que en cualquier otro.

Tampoco se vale que nadie de forma individual se quiera convertir en héroe. Creo sí, que esto no debió llegar a los tribunales. La página debió quedar pasada hace rato.

El listón está muy alto para repetir lo de Brasil, y no es que solo con Pinto se pueda, o que sin Navas no se pueda. Es que nuestro fútbol tuvo un momento de gloria y para repetirlo se requiere trabajo, calidad y planificación, y como dicen los expertos, una generación inigualable en la cancha. Pero, es fútbol… ni la Naranja Mecánica alcanzó el título mundial.

Entonces, tampoco nos rasguemos las vestiduras. Un minuto, una tajada menos, una corrida menos, un kilo menos… y no pasamos de primera ronda, como no hemos pasado en muchos mundiales.

Lo que ha quedado claro es que el serrucho sigue siendo el deporte número uno de nuestro país. A muchos les duele el éxito de otros, y como si fuera poco, muchos se quieren llevar el éxito de otros. Como si fuera poco, para muchos, si no es por Brasil 2014, no tuvieran nada. Y para otros, solo tienen Brasil 2014.

El tema da para más. Habrá que analizar, después de Brasil 2014, el rumbo de las carreras de quienes hoy están en la palestra, como acusadores o como acusados… y al menos yo, estoy muy feliz de que un portero costarricense, absolutamente vital en Brasil 2014, haya sido también absolutamente vital para que el Real Madrid ganara tres Champions, y tenga a París soñando con un cetro de este tipo. Lo demás es querer bajarle el piso por un éxito que como el de Brasil 2014, nadie ha obtenido.

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