En su presentación como nuevo director técnico de Liga Deportiva Alajuelense, Óscar Ramírez compartió sus motivaciones para tomar las riendas del equipo, su visión del fútbol y cómo ha vivido los últimos años alejado del banquillo. El experimentado estratega destacó la influencia de las jóvenes promesas del Centro de Alto Rendimiento (CAR) y la deuda histórica del club con su afición.
“Estar cerca de los chiquillos en el CAR tiene su influencia, ver eso me fue dando esa parte de colaboración en cancha y se da esta oportunidad. El liguismo le debemos mucho, lástima que no se han dado los logros. Eso me da para pensarlo”, confesó Ramírez, dejando entrever la importancia de la cantera en su decisión.
Ramírez reconoció que le tomó un tiempo decidir si volvía a las canchas pero el hecho de tener más que ver en la formación desde hace varios meses y la forma en la que ha estado preparándose, le dio la señal para asumir el reto nuevamente.
“Yo no lo vengo buscando y eso me sentía muy bien. Cuando se da la situación con lo de Guima (Alexander Guimaraes), él (Joseph Joseph) me lo plantea, le pedí un tiempo y luego viendo los pros y los contras, puedo llegar a unir ciertas situaciones entre la liga menor y los muchachos”.
El aclamado “Machillo” hizo énfasis en la necesidad de fortalecer la mentalidad del equipo en momentos de presión.
“Esos momentos los ocupamos, tengo que hablar con los jugadores de esos momentos y entra el ADN, el dejarse y que no me dejo. Esa es la parte que tenemos que afinar y poder hacer esa parte fuerte. Es normal, se da eso, no es que todo el equipo va a jugar los 90 minutos a una misma intensidad”.
Ramírez incluso recurrió a una analogía boxística para ilustrar su punto de vista sobre los altibajos en un partido. El DT asegura que se ha mantenido al tanto en estos 7 años en lo que había estado fuera del fútbol nacional como entrenador.
“Yo lo relaciono con el boxeo, Alí era un tipo que retaba a los contrarios y hacía creer a los contrarios que estaba en un punto débil. El fútbol tiene su similitud y sería bueno entender que esos procesos son normales en un partido”.
Al ser consultado sobre su periodo alejado de los banquillos, Ramírez admitió que el fútbol sigue siendo una pasión ineludible. Además ha estado activo estudiando para no perder la forma y así actualizar sus conocimientos continuamente.
“Los que somos de fútbol, puedo decir que no veo, pero es un vicio. Es que uno empieza a ver el partido en la forma táctica y es volver a trabajar. Veía que lo que estaba pasando, y caramba. No he dejado de ver fútbol, tengo un ejemplo de lo que he visto a nivel internacional, y sería fabuloso, el poder emular una situación interesante y es parte de lo que uno se alimenta para tomar la decisión que tomé”.
Compartió una anécdota personal que refleja su arraigo al fútbol: “Yo nunca he visto una final en un bar (Cartaginés vs Alajuelense) y el único Cartago que había me tocó a la par. Molesta y yo mismo evaluaba, por qué esto y lo otro”.
Ramírez siente que su perspectiva del juego se ha enriquecido con el tiempo por lo que no le teme al reto de llegar en pleno 2025 a un torneo avanzado en donde la Liga pese a que no ha perdido, ha dejado muchos puntos en una serie intensa de empates.
“El análisis es diferente, ahora me encuentro algo más formado. En la etapa primaria pude construir lo que me dieron. Ahora estamos a medio camino y tengo que manejar ciertas cosas, principalmente la parte emotiva. Al convivir voy a tener más claras algunas cosas”.
A pesar de no ser efusivo en sus celebraciones, el técnico aseguró vivir intensamente cada encuentro. Ramírez desde antes, vivía con mucha seriedad cada partido, excepto en las finales, ahí su emoción era evidente. Asegura que al menos ahora, tiene claro lo que se espera de él.
“No he sido muy demostrativo, muchas veces con un gol, uno empieza a no mostrar la parte, internamente sé que es algo muy fuerte, todo el mundo espera mucho de mí”.
Finalmente, Óscar Ramírez se mostró tranquilo y enfocado en esta nueva etapa en su carrera.
“Estoy tranquilo, en una etapa de mi vida de tomar decisiones, no quiero pelear con nadie, con la mujer, ni con nadie, en esta etapa de los 60 años”.
Con estas palabras, el “Machillo” dio inicio a un nuevo capítulo en su laureada trayectoria, buscando devolver a Alajuelense a lo más alto del fútbol costarricense.
