Todos en la Selección Nacional de Fútbol Mayor Masculino están conscientes de lo que se jugarán este martes al medio día (tiempo de Costa Rica) cuando se enfrente a Nueva Zelanda en el repechaje por el último boleto a la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022.
“¿Sabes qué es lo que más me gustó a mí de esto que estoy viendo aquí? Que todos los convocados saben lo que nos estamos jugando. Saben lo duro que pasamos. Saben que llevamos un año remando. Y no nos queremos ahogar en la orilla”, dijo el técnico Luis Fernando Suárez en una entrevista con www.fifa.com.
Suárez tuvo palabras de elogio para el arquero Keylor Navas cuando le preguntaron sobre el arquero estelar de la Selección Nacional de Fútbol. Lo definió como “la persona más sencilla y tranquila del mundo”.
Y añadió: “No tiene ínfulas. No plantea ninguna situación donde quiere llegar acá y hacer cosas distintas al resto. No. Él se concentra, conversa bárbaro con el grupo, duerme con su compañero, entrena todo el tiempo. Ayuda mucho a los chicos. Los está conociendo. Y tiene un compromiso grandísimo. La primera vez que conversé con Keylor Navas lo primero que me dijo fue: ‘Creo que este va a ser mi último Mundial… y quiero estar. Cuente conmigo para lo que quiera’. Y él hace cosas”.
En general, el técnico celebró la actitud de los jugadores con experiencia mundialista que se mantienen en esta última etapa del proceso hacia Catar. Además de Navas, Joel Campbell, Oscar Duarte, Celso Borges, Yeltsin Tejeda y Bryan Ruiz.
“-Son personas muy abiertas. No solo me empapé de sus experiencias, sino que también son los que más colaboran conmigo para que todo salga bien. Las primeras conversaciones que tuve con los grandes fueron muy enriquecedoras. Lo único que vi en ellos fue querer sacar esto adelante”, repasó Luis Fernando Suárez en la charla con www.fifa.com.
Y añadió: “Bryan Ruiz, por ejemplo, me dijo: “Este es mi último Mundial y lo quiero hacer de la mejor manera. Quiero colaborar en lo que necesite”. Ahí es donde está todo. Tienen liderazgo, ganas de que todo funcione. Ellos me ayudan muchísimo a que el recorrido sea menos penoso. Si no contara con ellos seguramente no estaríamos en la repesca”.
-¿Recurre a ellos como referentes para que los más jóvenes entiendan la importancia de lo que están viviendo y la magnitud del partido ante Nueva Zelanda?
-Sí, claro. Lo más importante es eso: los chicos están copiando, y están copiando bien. Eso fue muy importante porque lo que vi es que son jugadores en los que yo puedo confiar para que sean el sostén. Pero creo que lo más importante era que me ayudaran con los muchachos para que respondieran a una exigencia tan alta. Y en un momento no estuvo fácil. Los grandes están ayudando mucho, y los chicos se están modelando por ellos, les hacen caso. Se están allanando las cosas. Hay una muy buena sinergia entre los dos grupos, incluso en la diferencia generacional que tienen.
-¿Esa sinergia debe estimularla?
-Uno la tiene que encontrar de alguna manera con los jugadores. Bueno, no con los jugadores: con las personas. Lo básico en esto es saber elegir, antes del jugador, a alguien que sea bueno para ser jugador de selección. Y eso no es solamente el talento. Eso es importante. Pero lo vital es su compromiso. Ahí está la clave. Creo que esos dos grupos tienen algo: uno está para aprender mucho, y el otro para enseñar mucho. Y los que están para enseñar quieren enseñar, y los que tienen que aprender quieren aprender y comerse el mundo. Cuando uno forma un buen equipo -y yo habré tenido tres o cuatro equipos buenos en mis 30 años de carrera- es cuando hay un estado mental donde todo se da. Y yo veo estas cosas en el grupo de Costa Rica: todos tiran para el mismo lado. La conformación de equipo no es armar los once mejores del país: es armar once personas que tiren para el mismo lado.
Entre la muerte y la obsesión
En la charla Suárez dejó espacio para algunas infidencias casi anecdóticas que se han dado a lo largo de su proceso con la Selección Nacional de Fútbol.
“La palabra que más mencioné durante estos días de entrevistas es obsesión, que a veces está mal vista. Yo no la quiero mirar así: hay obsesiones buenas. Y para mí la tercera Copa Mundial es una obsesión. Cuando estuve en la primera ni sabía qué era eso. Cuando llegué, vi todo, y tuve una buena performance, lo único que quería era volver. Cuando se dio lo de Costa Rica, dije: ‘Me la tengo que jugar, me muero si no clasifico’. Hoy estoy en eso: entre la muerte y la obsesión. Ojalá sea la obsesión”, reflexionó el técnico.
-¿Y cómo combate la ansiedad?
-Uf… por las mañanas salgo a correr o a andar en bicicleta. Eso me ayuda. Es la única manera en que pienso: cuando estoy corriendo o en la bicicleta. Luego me ocurre que leo un libro y se me ocurre una jugada. Pero es normal.
-¿Cómo se preparan para enfrentar a Nueva Zelanda?
-Es un partido difícil ante un equipo fuerte. Dentro de todas las situaciones que vimos, siempre tuvieron a equipos que los esperaron atrás, y ellos pudieron salir jugando. Generalmente en el último tercio de cancha abrían el juego a los extremos o laterales, y terminaban con centros para Wood, su referencia en el área. Hay que tener mucho cuidado con eso. Es un equipo potente con una fortaleza muy grande en la estatura. Juegan bien. Tienen buenas condiciones. A veces uno, como uno es de este lado, piensa que el partido va a ser fácil.
“Pero no. Costa Rica, en este último tiempo, tuvo que crecer mucho en su fútbol porque no empezó bien. Basamos las fortalezas en la parte defensiva. Ofensivamente mejoramos, pero todavía falta mucho por hacer. Entonces: ellos no son tan poquito como dicen aquí, y nosotros, aunque estamos bien, tenemos mucho por mejorar. Va a ser un juego para estar atento, para tener cuidado, respeto”.