Cerramos, por ahora, con los mitos del fútbol tico… aquellos que decíamos son “narraciones maravillosas” con personajes a los que se les da carácter “heroico”.
Recuerdo cuando figuras de Italia 90’ eran entrevistados una y otra vez, cada vez que Costa Rica viajaba a un Mundial, pues, eran entonces esos héroes que estaban en el podio y que tenían que ser desbancados.
Recuerdo, como algunos de ellos, con cierto cansancio o agotamiento pedían a gritos quedar atrás, exigían que nuevas figuras les relevaran, porque se hacía muy pesada la cantidad de años en que seguían consolidándose como verdaderas leyendas.
Más de una vez me topé, con una de estas leyendas que me decía, “otra vez…”, no por agrandados o falta de humildad, si no por la conciencia de que Costa Rica necesitaba avanzar.
Sin embargo, llegó la generación del 2014… llegó la oportunidad de alcanzar los octavos de final de nuevo en un Mundial; llegó la oportunidad de superar esa barrera del 90’ y llegar a cuartos de final.
¡De qué manera se hizo! Se venció a selecciones campeonas del mundo como Italia o Uruguay… se dejó en el camino a Inglaterra… se superó a Grecia, otrora campeona de Europa y, se vendió cara la derrota, por la vía de penales ante Holanda, en el famosísimo quinto partido.
La “matagigantes” le dijeron a Costa Rica, entre muchos otros epítetos. Es tan fresco este mito, que muchos creen que había que ir a Rusia a hacer lo mismo… y justo hoy estamos a punto de quedar eliminados del Mundial de Qatar.
Ni a Uruguay se le gana todos los días, ni a Italia se le gana todos los días… ni se alcanzan unos octavos de final en un Mundial Mayor de manera sencilla, y menos unos cuartos de final.
Digan lo que digan, la generación dorada de jugadores en Brasil 2014 era una generación consolidada, como nunca antes, con figuras que eran verdaderas estrellas en ligas europeas como lo fue Bryan Ruiz en Holanda… o con figuras como Keylor Navas que llegarían, tras el Mundial, al Real Madrid para ganar tres veces la Champions League y de forma consecutiva: algo que hasta ahora nadie ha hecho.
Su mérito tiene Jorge Luis Pinto como entrenador de esa Selección; pero muchos olvidan que era el mismo Pinto que no pudo en la eliminatoria hacia el 2006, o que no pudo en otros países como Honduras. Es más, después del Mundial 2014, Pinto no ha tenido estabilidad en el banquillo o un proyecto consolidado. Pero bueno, eso no es el tema de la columna.
El tema es que estos mitos ponen una venda en los ojos de nuestro balompié. Nos creemos que, con los mismos jugadores del 2014, con 8 años más… pueden ganar y jugar y demostrar el fútbol de entonces. No se pensó, seriamente ni en broma, en un cambio generacional.
Lo que sí hizo ese grupo de 2014 fue llevarnos a otro Mundial en 2018, diría de manera sencilla, de la mano de Óscar Ramírez. Y esa misma generación, en buena parte, es la que hoy disputa el pase a Qatar.
Sin embargo, los desaciertos están a la orden del día. La Selección no está para ganarle a nadie. Los clubes no pasan ya ni siquiera de Centroamérica, cuando hace unos 15 años peleaban codo a codo con las selecciones de la MLS o México…
Vivimos la peor época del fútbol nacional, me atrevería a decir en toda la historia, llena de cosas buenas como hemos repasado en las últimas tres columnas… y de seguro me quedé corto con algunos otros triunfos del fútbol nacional.
El fútbol tico no puede fijar nada en el horizonte… no se ven proyectos… más allá de los esfuerzos de inversiones privadas e individuales en algunos equipos, por sacar adelante estadios, centros de alto rendimiento o apostar a algunos experimentos deportivos. Ya veremos sus resultados.
Lo cierto es que hoy… no tenemos nada más que mitos. Clasificar al Mundial Qatar será toda una proeza y estamos en manos de uno de los más grandes mitos de nuestra historia, a los que se les debe mucho.
Gerardo Mora Pana es un periodista con más de 20 años de experiencia en medios de comunicación de Costa Rica. Se desempeñó en el desaparecido diario La Prensa Libre y en la edición local de la revista El Gráfico. Actualmente, es el director de Radio Santa Clara, de la red de medios de comunicación de la Iglesia Católica.