No había de otra: La Sele Preolímpica se fue por la ruta de siempre, gracias a la actitud de siempre. En dos partidos, quedó fuera del camino hacia los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
El técnico Douglas Sequeira se preguntaba el sábado: ¿quién dice que no le podemos ganar a México? Bueno, yo lo dije hace ocho días. Y para más, el partido mismo me dio la razón.
Para ganar, lo primero que se ocupa no es saber jugar al fútbol. Es, más bien, tener actitud ganadora. La Sele Preolímpica fue miserable consigo misma y con el fútbol, porque nunca propuso en ninguno de los dos partidos que jugó en el Preolímpico. Siempre pretendió especular, aunque Douglas diga lo contrario. Porque, queda claro que él vio dos partidos muy diferentes al que vimos todos los demás.
Con esa mentalidad mediocre, el resultado no podía ser otro. Y esto es doblemente preocupante cuando se observa que, cada vez más, mexicanos y estadounidenses asumen la responsabilidad de gana cuando saltan a una cancha de fútbol.
De nuestro lado, no hay ese nivel de compromiso. Aspiramos a ganar porque el rival sea muy mal; no porque podamos superar lo que nos presenta.
Está claro que ni los jugadores de México ni los de Estados Unidos son extraterrestres. Se les puede ganar. Pero, ya dijimos: primero hay que tener la actitud correcta. Luego, hay que aplicarse tácticamente. Y en eso, nuestros equipos suelen fallar mucho.
Ojo que, si bien todos recuerdan a Pablo Herrera perdiendo el balón en la línea de fondo, cerca de la bandera de esquina y sin tener una reacción oportuna, en aquel partido eliminatorio contra Estados Unidos, en el que la Selección Mayor quedó fuera del Mundial de Sudáfrica, yo siempre recuerdo a Douglas Sequeira enviando al saque de esquina un balón que igual iba a cruzar la línea de fondo. Sí… ese fue el saque de esquina en que vino el gol del empate para Estados Unidos.
Eso denota un problema de lectura de juego. En un momento determinante como ese, es algo que pesa mucho. Tanto así que implicó no ir a un Mundial. Y vimos una Selección Sub 20 que no mostró nada en un Mundial, bajo la dirección de Sequeira. Por eso decíamos que no era el hombre adecuado para la tarea. Ojo: lo dijimos antes; no esperamos hasta ahora para señalarlo.
Nosotros debemos entender que la alta competencia exige otras cosas. Nos pasamos quejando de que la CONCACAF acomoda los grupos y los cruces en sus torneos para que México y Estados Unidos avancen. Pero no es eso lo que nos impide estar allí. Es esa mentalidad mediocre con que afrontamos la competencia, pensando que nos tienen que regalar algo porque somos muy buenos, lo que nos va dejando rezagados.
Ahora que se habla tanto del Mundial de Brasil 2014, cabe apuntar que, si bien solo se ganaron dos de los cinco partidos que se jugaron, la actitud fue muy diferente. Eso, sin contar la preparación y la táctica, que también fueron muy diferentes.
Jugadores, técnicos y directivos lo tienen que entender si quieren que la situación sea diferente en el futuro.
