El Club Sport Herediano le ganó la final al Deportivo Saprissa estableciendo diferencia desde el banquillo, al sacar provecho de la experiencia del técnico Jafet Soto, pero también de sus asistentes, los experimentados estrategas Hernán Medford y Rolando Villalobos.
Después que en el juego de ida de la final Jafet recuperara el control de las acciones con el ingreso de Gerardo Lugo por Omar Arellano, al minuto 29, esta vez si bien se presentó una lesión que sacó del juego a Heyrell Saravia, apenas a los 15 minutos, el ingreso del propio Arellano terminó siendo clave para darle salida al equipo por el costado derecho.
Ya Jafet había establecido una variante obligada en la formación inicial, pues una lesión no le permitió contar con Keyner Brown, lo que le dio ingreso a Cristian Reyes desde el arranque.
Y, al inicio del segundo tiempo, una lesión de José Guillermo Ortiz, que en cualquier otro equipo pudo suponer un enorme problema, llevó a Lugo al terreno de juego, y todo el panorama del Herediano cambió, de nuevo para bien.
En contraste, entre los errores de algunos jugadores del Saprissa y las fallas en la lectura del juego desde el banquillo, todo se conjugó para que dejaran ir la ventaja que consiguieron en dos ocasiones en el partido.
Primero fue Alejandro Cabral el que le dio un dolor de cabeza a los morados, pues se dejó expulsar a tres minutos del final del tiempo regular, por una doble amonestación, al encarar y cabecear a Jimmy Marín.
Luego fue el técnico Vladimir Quesada… El hueco que dejó Cabral en el centro de la defensa fue cubierto por Michael Barrantes, pero una vez en el tiempo suplementario, Vladimir envió al campo a Juan Bustos Golobio, y sacó a Salinas. La modificación supuso el paso de Barrantes a la lateral izquierda; y, al mismo tiempo, el traslado de Barrantes a la lateral izquierda, para dejar en el centro a Juan Gabriel Guzmán. Es decir, una defensa en la que no había ningún jugador en su puesto natural. Y, de hecho, tres ellos ni siquiera eran realmente defensores.
Ese desajuste fue clave en la derrota de Saprissa. Pero, Jairo Arrieta se quiso sumar al desastre. Desperdició, de maneras increíble, la posibilidad de poner adelante al equipo, tras una gran acción de Mariano Torres, que lo dejó solo frente a Moreira. Envió el balón fuera, ante la salida del arquero. De marcar, pudo haber cambiado el rumbo del partido.
Casualmente, en el cierre del torneo anterior, cuando Saprissa Alcanzó el título, Arrieta desperdició un lanzamiento de penal que pudo cambiar la historia del juego y darle el título al Herediano, club en el que para entonces militaba.
En el bando florense, Jafet solo estuvo en el banquillo por 11 minutos, cuando se ganó la expulsión. Pero, nada cambió para Herediano, salvo la cantidad de técnicos en esa zona.
Una vez que Soto se fue, Rolando Villalobos fue el primero en levantarse del banquillo para ir al área técnica. Pero, unos segundos después, ya era Hernán Medford quien giraba instrucciones. Y así fue hasta el final.
No está claro si Jafet tuvo parte en los cambios que se ordenaron durante el partido, pero ciertamente, lo del Herediano respondió a un plan estructurado, frente al cual la respuesta del Saprissa se quedó corta.
