Nadie en la historia del fútbol, siendo portero, ha ganado tres títulos de Champions League en forma consecutiva… nadie excepto el costarricense Keylor Navas.
Decía el polémico periodista mexicano David Faitelson, hace algunas semanas, que, igualmente, nadie había sido tan poco valorado como Keylor.
Incluso, en Costa Rica, parece mentira pero… (no lo es porque el deporte número uno es el serrucho), hay a veces ánimos generalizados de satisfacción porque le vaya relativamente mal al portero en Europa. Esto va desde un sector de prensa, hasta jugadores o ex futbolistas y por supuesto aficionados.
Normal. Eso pasa en el alto nivel. No hay futbolistas más odiados y más amados que Cristiano Ronaldo y Leo Messi o que Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Ambos, los jugadores más mediáticos y ganadores en los últimos 20 años en el balompié mundial.
Costa Rica no está acostumbrada al alto nivel. Eso casi nunca pasa. Hablamos hace unos días de Claudia Poll y el entorno nunca fue estable, claro ni cómodo alrededor de lo que la ondina hacía a nivel mundial, rompiendo récords en cuanta piscina competía y hasta ganando oro olímpico.
Duela a quien le duela, Keylor es un señor del arco, el mejor futbolista de todos los tiempos de Costa Rica, el portero más grande de buena parte de América y Europa
El mismo fenómeno pasa con Navas. Siendo el fútbol masculino el deporte rey, no hay entorno cómodo para Navas, ni en Costa Rica ni en Europa.
La prensa española, salvo casos excepcionales no tuvo piedad con Navas. Los rebotes malos, las no atajadas y cuanto gol le hacían eran prime time durante la semana siguiente a la jornada que vivía: era normal, estaba en el club del siglo, calificado por FIFA y sin duda el más mediático.
Navas nunca se arrugó. Nunca un mal gesto o una mala respuesta. Si algo destaca en Navas es su profesionalismo. Pero, nadie perdona si no gana una cuarta Champions, si tiene una mala noche o si no viene a la Sele. Que Messi cuente lo que es tener presión encima. Que lo diga Cristiano. Algún día Navas contará lo que era tener presión…
Hoy que quedó fuera de combate, el PSG se debate no en una mala estrategia… sino en… la “mala” actuación del arquero. Hasta en España tiene eco la eliminación de Navas solo porque no llegó a su quinta final de Champions.
Vuelvo a repetir lo de hace unos días: en fútbol se gana, se empata o se pierde. Ahora tocó perder a Navas y quedar fuera de algo a lo que está acostumbrado, quizá por eso pueda doler… porque la calidad la tenía y merecía estar en la Champions disputando el título… no así el PSG que dependió de Keylor una y otra y otra vez para estar con vida en el prestigioso torneo.
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Duela a quien le duela, Keylor es un señor del arco, el mejor futbolista de todos los tiempos de Costa Rica, el portero más grande de buena parte de América y Europa.
Eso es una realidad objetiva. Tres Champions bien merecen que Keylor esté bajo la lupa. Él está acostumbrado. El entorno costarricense no, y bien haría en empezar a acostumbrarse para propiciar mejor imagen alrededor de los jugadores que llegan a triunfar en el ámbito internacional.
Adicionalmente, el fútbol costarricense debe revisar cómo salió un Navas de nuestra estructura, qué condicionantes hubo para que llegara a dónde llegó, qué características o influencias hubo para su surgimiento. Vale la pena buscar repetir la fórmula, propiciarla, y soñar con que así como pudo Navas, quizás otros puedan. Pero, se necesita trabajo, visualizar, planificar… pensar en grande, a largo plazo.
