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Mirada Incisiva

Juan Carlos Rojas olvidó el ADN del Saprissa

Saprissa se olvidó de qué es Saprissa. Qué duro suena, pero esa es la realidad actual del club morado.

Por alguna razón la dirigencia del Monstruo ha permitido durante la última década que la grandeza de la institución sea mancillada una y otra vez.

Aunque su presidente, Juan Carlos Rojas, se empeñe en manipular las estadísticas a su favor como, por ejemplo, decir que desde el 2014 su equipo es el que ha ganado más títulos, hay que recordarle que su gestión no comenzó ese año, sino en 2011, y desde esa fecha para acá, Herediano ha ganado 10 títulos y Saprissa siete.

Pero más allá de los títulos que son la razón principal de un club de fútbol y de sus aficionados, cabe destacar que el otrora poderío morado ha ido en evidente disminución. Los hechos son ineludibles: hace cuánto el club dejó de competir en los mercados de fichajes. Ya tiene años. Creo que la última gran contratación morada fue Johan Venegas y su archirrival se lo arrebató dos años después porque, según la versión oficial, no había dinero para pagarle al artillero.

Es cierto que la pandemia ha golpeado seriamente las finanzas de todos los equipos; en el caso del Saprissa esto se traduce en que la institución perdió el 50% de sus ingresos por concepto de taquillas desde que el fútbol cerró sus puertas por el Covid-19. Esa fue una de las razones por las que Venegas salió del cuadro, mientras en Tibás le planteaban una rebaja de su salario a la mitad, en la Liga le hablaban de aumentárselo. Simple matemática.

Aunque durante 2020, la institución pudo acogerse al rebajo de sus contratos, mediante la autorización del Ministerio de Trabajo, al llegar al 2021 eso se acabó y el club tuvo que retornar al pago completo de sus obligaciones salariales.

Eso comprometió aún más las finanzas del club. Como consecuencia, la política de fichajes, que durante la era de Horizonte Morado nunca fue espectacular, se comprimió todavía más. Ahora solo se contrata bajo la etiqueta de económico. Así Saprissa no puede competir con sus más enconados rivales Alajuelense y Herediano y diría yo que ni con Cartaginés que, sin dinero, ha sabido apuntalar su equipo mejor que los morados.

El problema para los aficionados es que esa política de fichar económico no le ha resultado mal a Horizonte Morado. Aunque muchas de sus contrataciones han sido un fiasco (incluya aquí la lista de sus fichajes decepcionantes), deportivamente, a los tibaseños les alcanza para clasificar, disputar finales y ganar algunos títulos.

Entonces, y aquí está lo malo, a Juan Carlos Rojas y compañía les viene muy bien esta política porque, con poco, les da para competir y, a veces, hasta ganar.

Esto los ha convertido en una directiva conformista, que olvida de plano que ese nunca ha sido el ADN del Saprissa; por el contrario, la génesis de este equipo siempre ha sido ganar, ser el mejor, competir al más alto nivel, tener los mejores jugadores, el mejor estadio o ser la base de la Selección Nacional.

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Este Saprissa de la actualidad no es eso, ni por asomo; las estadísticas lo confirman: en la era de Walter Centeno sumó seis partidos consecutivos sin triunfar; con Roy Myers 11, con Mauricio Wright tenía solo 3 victorias en 12 partidos y con Iñaki Alonso ya suma cinco fechas seguidas sin conocer la victoria. Súmele a eso que, durante las gestiones de Centeno y Myers, Saprissa recibió la mayor cantidad de goleadas de toda su historia. Además, perdió finales siendo local, en su otrora inexpugnable Cueva, la que por cierto parece que ya no asusta a nadie.

Selección

El otro aspecto que retrata la pérdida de poder es la escasa presencia de jugadores en la Selección Nacional. Tradicionalmente, los morados han sido la base o han contribuido con una gran cantidad de futbolistas a las representaciones patrias. Hoy, solo tienen dos, contra siete del Herediano y cinco de la Liga.

Y si aunamos a todo esto el desastre que hay en las divisiones menores del club, tema del cual ya hemos hablado en varias oportunidades hasta la saciedad, es obvio que de aquel Saprissa poderoso de décadas atrás solo queda el recuerdo.

Eso sí, en mercadotecnia y venta de camisetas, los morados son líderes indiscutibles. No sé si eso es suficiente para los aficionados de hoy en día, porque los saprissistas que yo conozco, los de cepa, los que vivieron la época dorada de los 60 y 70, los que iban al estadio no a ver si ganaba Saprissa sino por cuánto ganaba, los que se vanagloriaban de la grandeza de su equipo, coinciden en que este producto que vende Juan Carlos Rojas está devaluado y disminuido.

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