En el arranque, parecía que el partido iba a ser sencillo para la Selección Femenina de Inglaterra. Sin embargo, sus vecinas de Escocia terminaron por convertirse en un verdadero dolor de cabeza para ellas.
Las escuadras británicas protagonizaron un juego intenso, pese a que, en el papel, las inglesas eran superiores. Sin embargo, estas cometieron errores en materia de definición y dejaron crecer a sus rivales, especialmente en el segundo tiempo.
De nuevo el video arbitraje fue protagonista en el Mundial, pues gracias a ello se determinó un penal, sobre 12 minutos de acción. Fue una mano clara dentro del área, pero no lo apreciaron ni la central ni la asistente que corría esa banda. Un minuto después, cuando el balón salió, se revisó la acción para decretar el penal.
El cobro estuvo a cargo de la goleadora inglesa, Nikita Parris, con un muy buen remate de pierna derecha, buscando el lado derecho de la arquera Lee Alexander, que se fue hacia ese costado, pero no pudo llegarle al balón.
Para ese momento, Escocia no tenía el balón, y cometía muchos errores de medio campo hacia atrás, que no eran capitalizados por las inglesas.
Sobre 40 minutos se vino la segunda anotación para Inglaterra. Ellen White resolvió en extraordinaria forma, después de quitarse la marca de Rachel Corsie.
En ese primer tiempo, mandó Inglaterra. Pero, en la segunda parte, fue un juego de alternativas en ambas áreas.
Así, en 79 minutos cayó el descuento parta Escocia. Claire Emslie, a servicio de Lisa Evans, consiguió la primera anotación para su país en los mundiales femeninos. Era la jugadora más destacada, y se había constituido en un verdadero problema para la defensiva inglesa, por el costado izquierdo.
En los minutos finales quedó esa sensación de que Escocia podría conseguir más en el partido, pero la paridad no llegó, pese a las continuas llegadas sobre el área y la reiteración de errores en zona defensiva por parte de Inglaterra.
